18 marzo 2019

La ciudad solitaria (5)


No me gusta mucho viajar. No siento esa emoción de descubrir "otras culturas", todo es muy parecido en todos sitios, solo cambian los trajes regionales. El mundo se ha convertido en un parque temático: la ruta de las bodegas, la ruta de las grullas, naturaleza y ecología, la ruta de las películas de Almodovar, la ruta donde Napoleón perdió el catalejo. Cuando llego a un lugar de estos realizo disciplinadamente la actividad, siempre con un toque de humor y un maridaje de comida y bebida, eso que no falte. En las mas cutres intentan venderte una manta o algun cojin ergonomico........... Tampoco viajo para encontrarme a mi mismo, en realidad por eso no me gusta mucho viajar, porque tengo mas tiempo para encontrarme a mi mismo y estoy bastante cansado de mi mismo. Desplazarse llevando encima de los hombros el mismo cerebro es aburrido y algo pesado. Los mismos rollos en diferentes paisajes. No tengo esperanza en caer del caballo camino de Damasco, ni que me atraquen para darme cuenta de lo que tengo y no valoro. Mi escasa personalidad femenina no disfruta con la micrococina ni los tes exóticos, solo disimulo haciendo Hummmm, !que rico¡... mientras me como un trocito pequeño de lo que sea sin dejarme restos entre dientes, combatiendo mi legendario instinto de  deglución incontrolada con ruidos grotescos.
Para mi la única aventura es ir a comprar el pan, habrá mucha gente?, quedaran barras artesanas? la dependiente se acordara de que el pan troceado me gusta envuelto en papel?. Me dirá: Que tenga buen día?. Esto es aventura e incertidumbre, las variables de la vida cotidiana......... mañana me toca salir,  los voluntarios necrofilicos siguen vigilantes. !Que laboriosa vida.!

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