Mostrando entradas con la etiqueta Bauman. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bauman. Mostrar todas las entradas

13 diciembre 2011

No existe la lealtad

….. “El problema del mundo contemporáneo para poder aplicar políticas efectivas, es el divorcio entre el poder y la política. Antes el poder y la política residían en el estado nación. Podía haber contradicciones, debates y posiciones contrapuestas sobre un tema, pero una vez se había decidido qué era lo que se iba a hacer ya no había ninguna duda: el estado nación lo haría. Nada de esto sucede ahora. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy decidieron algo el sabado y se han pasado el fin de semana temblando hasta ver como respondían hoy los mercados. Esto es lo que entiendo por separación de poderes. Los políticos han perdido el brazo ejecutor”.

La única posibilidad que tiene la Unión Europea de salir adelante es que consiga reconciliar el poder y la política. Pero considera que están en quiebra los dos pilares sobre los que se articula una sociedad: la solidaridad y la confianza. En estos momentos sólo se construyen alianzas ad hoc, mientras dure la satisfacción. No existe la lealtad. Una cosa sirve sólo hasta que sale la siguiente que la reemplaza. De la misma manera que las relaciones entre el yo y el resto son extremadamente volubles, lo mismo sucede para entrar o salir de una alianza. La confianza es la base de las relaciones humanas y ahora no hay nada en que confiar. De hecho se produce una especie de círculo vicioso. La gente cree que las cosas son frágiles y quebradizas, que nada es permanente, lo que hace que se comporten como si todo fuera frágil y quebradizo, lo que hace que esta percepción acabe cumpliéndose.

Es esa situación en la que lo viejo ha muerto pero no ha nacido lo nuevo. El poder, el poder real que controla nuestras vidas ya es global, pero nuestros políticos piensan y actúan como si todavía fuera local. Nos enfrentamos a la necesidad de crear un nuevo paradigma, un nuevo modelo que vuelva a conectar la política con el poder. Y no creo que esto se pueda hacer al nivel del estado Nación. Habrá que crear algo equivalente a lo que hicieron nuestros padres con el estado Nación; unificar las leyes, las jurisdicciones… La idea de que los estados locales pueden determinar lo que sucede está fuera de lugar. La soberanía es un concepto zombie, que hace creer que está viva, pero está muerta.

(Zygmunt Baumann)

31 enero 2011

El interregno


…Creo que las características más destacadas de los miedos contemporáneos son su naturaleza diseminada, la sub-definición y la sub-determinación, características que tienden a aparecer en los períodos de lo que puede llamarse un "interregno".

Antonio Gramsci escribió en Cuadernos de la cárcel lo siguiente: "La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer: en este interregno aparece una gran variedad de síntomas mórbidos". 

Gramsci lo asoció a las situaciones extraordinarias en las que el marco legal existente del orden social pierde fuerza y ya no puede mantenerse, mientras que un marco nuevo, a la medida de las nuevas condiciones que hicieron inútil el marco anterior, está aún en una etapa de creación, no se lo terminó de estructurar o no tiene la fuerza suficiente para que se lo instale. 

Propongo reconocer la situación planetaria actual como un caso de interregno. De hecho, tal como postuló Gramsci, "lo viejo está muriendo". El viejo orden que hasta hace poco se basaba en un principio igualmente "trinitario" de territorio, estado y nación como clave de la distribución planetaria de soberanía, y en un poder que parecía vinculado para siempre a la política del estado-nación territorial como su único agente operativo, ahora está muriendo. La soberanía ya no está ligada a los elementos de las entidades y el principio trinitario; como máximo está vinculada a los mismos pero de forma laxa y en proporciones mucho más reducidas en dimensiones y contenidos. La presunta unión indisoluble de poder y política, por otro lado, está terminando con perspectivas de divorcio. La soberanía está sin ancla y en flotación libre.

Los estados-nación se encuentran en situación de compartir la compañía conflictiva de aspirantes a, o presuntos sujetos soberanos siempre en pugna y competencia, con entidades que evaden con éxito la aplicación del hasta entonces principio trinitario obligatorio de asignación, y con demasiada frecuencia ignorando de manera explícita o socavando de forma furtiva sus objetos designados. Un número cada vez mayor de competidores por la soberanía ya excede, si no de forma individual sin duda de forma colectiva, el poder de un estado-nación medio (las compañías comerciales, industriales y financieras multinacionales ya constituyen, según Gray, "alrededor de la tercera parte de la producción mundial y los dos tercios del comercio mundial").

… En nuestros tiempos, la gran pregunta no es "¿qué hace falta hacer?", sino "¿quién puede hacerlo?" En la actualidad hay una creciente separación, que se acerca de forma alarmante al divorcio, entre poder y política, los dos socios aparentemente inseparables que durante los dos últimos siglos residieron –o creyeron y exigieron residir– en el estado nación territorial. Esa separación ya derivó en el desajuste entre las instituciones del poder y las de la política. El poder desapareció del nivel del estado nación y se instaló en el "espacio de flujos" libre de política, dejando a la política oculta como antes en la morada que se compartía y que ahora descendió al "espacio de lugares". El creciente volumen de poder que importa ya se hizo global. La política, sin embargo, siguió siendo tan local como antes. Por lo tanto, los poderes más relevantes permanecen fuera del alcance de las instituciones políticas existentes, mientras que el marco de maniobra de la política interna sigue reduciéndose.

(Zygmunt Bauman)

27 enero 2011

El modelo puntillista del tiempo



………………. En nuestra época, la angustia aterradora y paralizante tiene sus raíces en la fluidez, la fragilidad y la inevitable incertidumbre de la posición y las perspectivas sociales. Por un lado, se proclama el libre acceso a todas las opciones imaginables (de ahí las depresiones y la autocondena: debo tener algún problema si no consigo lo que otros lograron ) ; por otro lado, todo lo que ya se ganó y se obtuvo es nuestro "hasta nuevo aviso" y podría retirársenos y negársenos en cualquier momento. La angustia resultante permanecería con nosotros mientras la "liquidez" siga siendo la característica de la sociedad. Nuestros abuelos lucharon con valentía por la libertad. Nosotros parecemos cada vez más preocupados por nuestra seguridad personal... Todo indica que estamos dispuestos a entregar parte de la libertad que tanto costó a cambio de mayor seguridad.

………………Hay muchos indicios de que, a diferencia de sus padres y abuelos, los jóvenes tienden a abandonar la concepción "cíclica" y "lineal" del tiempo y a volver a un modelo "puntillista": el tiempo se pulveriza en una serie desordenada de "momentos", cada uno de los cuales se vive solo, tiene un valor que puede desvanecerse con la llegada del momento siguiente y tiene poca relación con el pasado y con el futuro. Como la fluidez endémica de las condiciones tiene la mala costumbre de cambiar sin previo aviso, la atención tiende a concentrarse en aprovechar al máximo el momento actual en lugar de preocuparse por sus posibles consecuencias a largo plazo. Cada punto del tiempo, por más efímero que sea, puede resultar otro "big bang", pero no hay forma de saber qué punto con anticipación, de modo que, por las dudas, hay que explorar cada uno a fondo.

(Zygmunt Bauman)

30 abril 2009

La metafora del Jardinero

La metáfora del jardinero de Zygmunt Bauman hace referencia a la contraposición entre culturas cultivadas, producidas, dirigidas y diseñadas por una parte y las culturas silvestres o “naturales” por otra. En la primera prima la noción de la necesidad de un poder que ejerza un diseño artificial, ya que el jardín en que la sociedad se ha convertido no tiene los recursos necesarios para su propio sustento y autorreproducción por lo que es dependiente de este poder. En las culturas silvestres, en cambio, los recursos de autorreproducción están en la propia sociedad y en sus lazos comunitarios, allí que le permitía saber cuales eran las malas hierbas, las malezas, y como eliminarlas. Dichas malezas que crecen en las periferias de la sociedad serán los pobres leídos como clases peligrosas sobre los cuales se aplican y recaen las fuerzas del poder pastoral, al decir foulcaultiano, aunque Bauman, de un modo más inquietante, ha señalado que la realización completa del estado jardinero se encuentra en el estado totalitario propio del siglo XX, que encuentra sus malezas ya sea en el judío o en cualquier sujeto posible del genocidio. En ultima instancia el genocidio sería la máxima concreción de la jardinería social, la depuración de las malezas en función de la concreción de una imagen de lo que el jardín debe ser. Nótese que esta metáfora se afirma en la noción de biopoder, y sus técnicas anatomopolíticas y biopolíticas, de Michel Foucault.

09 marzo 2009

Somos felices mientras no perdamos la esperanza de llegar a ser felices

(Imagen de David Febland)
En una sociedad de compradores y una vida de compras, somos felices mientras no perdamos la esperanza de llegar a ser felices; estamos asegurados contra la infelicidad siempre que podamos mantener esta esperanza. Así, la llave de la felicidad y el antídoto contra la amargura consiste en mantener viva la esperanza de llegar a ser felices. Sin embargo, solo puede mantenerse viva si se cumple la condición de una rápida sucesión de nuevas oportunidades y nuevos comienzos, y con la perspectiva de una cadena infinita de nuevos comienzos. Esta condición se consigue dividiendo la vida en episodios, es decir, en espacios de tiempo preferiblemente cerrados e independientes, cada uno con su propio guión, sus propios personajes y su propio final. Este último requisito, el final, se cumple si se supone que los personajes implicados en el curso del episodio sólo aparecen mientras dura, sin compromiso alguno de ser admitidos en el siguiente. Como cada episodio tiene su propio guión, cada uno requiere su propio casting. Cualquier compromiso indefinido o interminable limitaría gravemente la cantidad de guiones disponibles para los episodios sucesivos.

(Zygmunt Bauman)

23 octubre 2007

Las expectativas

(Zygmunt Bauman)
"Por primera vez en la historia, el cuerpo humano constituye la única entidad cuya expectativa de vida se ha prolongado. En cambio, todas aquellas instituciones sobre las cuales nuestros antecesores solían planificar sus existencias (asuntos públicos, ideologías, formas de vida, reglas de conducta, criterios de éxito y estrategias para una vida satisfactoria, etc.) tienen hoy una expectativa de vida mucho más corta. " (Zygmunt Bauman)

05 marzo 2006

En alguna tienda espera la cura de nuestros males

"Diría que el impacto más pernicioso del mercado de consumidores es la promesa de que, en alguna tienda, espera la cura para todos los males que cada uno de nosotros pueda padecer, con lo cual, siempre se acabará encontrando dicha cura se si busca con la suficiente seriedad y dedicación. Los efectos de esta promesa son de tres tipos, cada uno de ellos letal.

El primero es la , la negligencia en el aprendizaje de la destreza para discutir y negociar con otros las formas de salir de los aprietos que se puedan presentar, así como la creencia de que dicha destreza no es realmente necesaria, ya que la solución a un problema determinado se puede adquirir mas barata y con menos esfuerzo la próxima vez que se salga de compras.

El segundo es la conclusión de que el lidiar con los problemas de la vida es una cuestión solitaria, como el consumo, y que llevarla a cabo en cooperación con otros no mejora significativamente su efectividad.

El tercer efecto consiste, por así decirlo, en sustituir la curación de la enfermedad por la lucha contra los síntomas: por agudo y astuto que sea el tendero, no encontrarás en las tiendas el remedio para las causas sociales de tus problemas, sino únicamente las recetas para suavizar las pruebas y tribulaciones causadas (o meramente para olvidar la molestia por el tiempo invertido en la obtención de las recetas y todos los dispositivos que se les asocian). El ascenso del consumidor es la caída del ciudadano. Cuanto más hábil y capaz es el consumidor, más inepto es el ciudadano. " (Z. Baumann)