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17 mayo 2011

La fotografia , el tedio y la salvación por el teatro

Quizas la vida, como el teatro, "cuando se fotografia muere. Por eso es tan único. Y hoy, cuando existe tanta fidelidad de reproducción, la gente regresa al teatro buscando cercanía, vida y verdad. Esto explica que los teatros estén llenos en tiempos de crisis" (Nuria Espert).

Quizás esta "cercanía fotografiada" nos este matando de soledad. O quizás no sea mas que un complemento esplendido de la cercanía de verdad, de carne y hueso, de piel y besos.

"La vida privada no es más que esa zona del espacio, del tiempo, en la que no soy una imagen, un objeto. Es mi derecho político a ser un sujeto, lo que he de defender. La fotografía es un arte, una ciencia de los cuerpos, objetos de odio o deseo.
Lo que caracteriza a las sociedades llamadas avanzadas es que tales sociedades consumen en la actualidad imágenes y ya no, como las de antaño, creencias; son más liberales, menos fanáticas, pero también más falsas, menos auténticas, cosa que nosotros traducimos por la confesión de un tedio nauseabundo, como si la imagen al universalizarse, produjese un mundo sin diferencias: eliminemos las imágenes, salvemos el Deseo inmediato (sin mediación)." (Roland Barthes).

10 julio 2007

El tedio


Puedo decirle que mi vida ha estado dominada por la experiencia del tedio. He conocido ese sentimiento desde mi infancia. No se trata de ese aburrimiento que puede combatirse por medio de diversiones, con la conversación o con los placeres, sino de un hastío, por así decirlo, fundamental y que consiste en esto: mas o menos súbitamente en casa o de visita o ante el paisaje mas bello, todo se vacía de contenido y de sentido. El vacío esta en uno y fuera de uno.Todo el Universo queda aquejado de nulidad. Ya nada resulta interesante, nada merece que se apegue uno a ello. El hastío es un vértigo, pero un vértigo tranquilo, monótono; es la revelación de la insignificancia universal, es la certidumbre llevada hasta el estupor o hasta la suprema clarividencia de que no se puede, de que no se debe hacer nada en este mundo ni en el otro, que no existe ningún mundo que pueda convenirnos o satisfacernos. (Emile Cioran)