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15 marzo 2020

La nostalgia por un pasado que nunca fue

Joke J. Hermsen


La nostalgia significa sentir dolor por una patria que no existe

"La melancolía puede ser inspiradora, pero también peligrosa. Hoy mucha gente se siente amenazada y reacciona con ira si cree que alguien ofende a sus tradiciones, su cultura y su país"

"En nuestra moderna sociedad occidental no existe hoy demasiado espacio para lidiar con la tristeza, las malas noticias, la decepción o el dolor. Lo hemos escondido cada vez más. Decimos que estamos bien y que todo va bien porque no tenemos tiempo para pensar si va mal".

"Mi hipótesis es que la melancolía, como defendían algunos filósofos griegos, es constitutivo de lo humano.Es un sentimiento que nace, por decirlo de algún modo, de la consciencia del discurrir del tiempo y la asunción de que todo, absolutamente todo, perece o perecerá ante nuestros ojos"

"Está en nuestra naturaleza reflexionar sobre el paso del tiempo y, en ocasiones, anhelar algo que ya no tenemos", llámese juventud, pasado, infancia, patria o lo que fuere.

"Somos seres melancólicos por naturaleza pero en tiempos de falta de ataraxia, es decir en tiempos de inquietud, este carácter melancólico se acentúa y está a merced de ser manipulado", explica.

"Una de las peores manifestaciones de la melancolía es la nostalgia. Porque la nostalgia significa sentir dolor por una patria que no existe. Y este dolor reclama un retroceso en el tiempo que puede ser la génesis del fanatismo", reflexiona. Según Hannah Arendt hay que tener cuidado cuando un líder político azuza la nostalgia en lugar de hablar de futuro, en lugar de ofrecer esperanza. Hablar de 'vuelta a los orígenes' siempre puede terminar en fanatismo y totalitarismo".

El arte de tener tiempo para el arte

"Cada día que pasa, toma fuerza la nostalgia de un pasado glorioso que nunca existió realmente, pero que junto con el miedo al futuro, resulta una atractiva forma de fe. Hay que combatir esto con las herramientas que podamos".

"Parece que no tenemos tiempo de enfrentar la melancolía, de extraer algo positivo de ella. Porque para esto necesitamos un análisis pausado de nuestra situación, y el pensamiento neoliberal ha impuesto en nosotros una cultura del rendimiento perpetuo que destierra el tiempo de este análisis".

"Deberíamos tomarnos muy en serio el arte, la música, el cine, la lectura... la cultura en general. Porque son herramientas con las que los seres humanos se narran y mediante ellas nos enfrentamos a visiones distintas de nuestra realidad. A través de las cuales abrazamos la pluralidad y la multiculturalidad como genes mismos de una sociedad democrática".

"Arendt ya nos dijo que el totalitarismo es el acta de defunción de la pluralidad".

(Joke J. Hermsen: La melancolía en tiempos de incertidumbre)

13 febrero 2011

El estado y la regulación


«Un Estado que quiera regular la vida de sus ciudadanos de principio a fin acabará inevitablemente en el totalitarismo. Uno de los principios básicos de la democracia es la separación entre lo privado y lo público. En la vida privada tengo derecho a hacer lo que quiera, siempre y cuando no perjudique a otros, mientras que en la vida pública estoy sometido a ciertas normas, porque en algún momento se decidió que unas reglas son mejores que otras y que éstas no pueden someterse a debate constantemente. Por supuesto hay casos ambiguos en los que resulta difícil determinar qué pertenece al ámbito privado y qué al público, pero lo mismo sucede con todas las oposiciones que atraviesa la vida social.»

El campo de concentración constituye en cierto sentido la quintaesencia del Estado totalitario. En él, el totalitarismo se manifiesta de la forma más clara y elocuente. Esas situaciones no despiertan lo mejor de las personas. «Sin embargo, quedó claro que, incluso en tales circunstancias, muchas personas seguían comportándose de una manera conmovedoramente moral y humana. No porque estuvieran obligadas a hacerlo, sino porque, al parecer, es inherente a nuestra naturaleza y forma parte de nuestra identidad humana. La madre que sigue ayudando a su hija aunque sabe que también a ella le puede pasar lo peor, o el hombre que comparte su pan, a pesar de estar a punto de desfallecer de hambre: esas personas no lo hacen porque piensen que deben comportarse como seres morales. Las reglas aprendidas desaparecen tras veinticuatro horas de hambre, frío y maltrato. En cambio, los motivos más profundos, que proceden de la identidad humana, son inextirpables. Esa identidad tiene siempre un carácter social. La conducta moral se deriva de la propia humanidad del hombre, del hecho de que hemos nacido como seres comunitarios.»

(Tzvetan Todorov)


25 mayo 2009

La literatura comprometida y la estupidez

El totalitarismo es la integración de todas las manifestaciones culturales en el enorme edificio de la educación del pueblo. El concepto de literatura comprometida es el reflejo de esta gigantesca idiotez educativa. El arte que se dice comprometido (es decir sometido a un programa político) no ataca la realidad sino que la disimula bajo una interpretación prefabricada. Integra la tendencia poderosa y nefasta, (de la que Occidente no esta exceptuado) que pretende escamotear la vida concreta en beneficio de un sistema abstracto, reducir al hombre tan solo a su función social y privar al arte de lo incalculable. Ya tome partido por unos u otros, cuando el arte se coloca al servicio de una finalidad política no hace mas que participar en el embrutecimiento general. (Milan Kundera)

22 junio 2007

El fragmento y el totalitarismo

Sobre eso de la honradez voy a decirle algo. Cuando uno emprende un ensayo de cuarenta páginas sobre lo que sea, comienza por ciertas afirmaciones previas y queda prisionero de ellas. Cierta idea de la honradez le obliga a continuar respetándolas hasta el final, a no contradecirse. Sin embargo, según va avanzando el texto, le van ofreciendo otras tentaciones, que hay que rechazar porque apartan del camino trazado. Uno esta encerrado en un circulo trazado por uno mismo. De este modo uno se hace honorable y cae en la falsedad y en la falta de veracidad. Si esto pasa en un ensayo de cuarenta paginas, ¡qué no ocurrirá en un sistema! Este es el drama de todo pensamiento estructurado, el no permitir la contradicción. Así se cae en lo falso, se miente para resguardar la coherencia. En cambio si uno hace fragmentos, en el curso de un mismo día puede uno decir una cosa y la contraria. ¿Por qué?. Porque surge cada fragmento de una experiencia diferente y esas experiencias si que son verdaderas:son lo más importante. Se dirá que esto es irresponsable, pero si lo es, lo sera en el mismo sentido en que la vida es irresponsable. Un pensamiento fragmentario refleja todos los aspectos de nuestra experiencia: un pensamiento sistemático refleja sólo un aspecto, el aspecto controlado, luego empobrecido. En Nietzsche, en Dostoievski, hablan todos los tipos de humanidad posibles, todas las experiencias. En el sistema solo habla el controlador, el jefe. El sistema es siempre la voz del jefe: por eso todo sistema es totalitario, mientras que el pensamiento fragmentario permanece libre. (Emile Cioran)

26 marzo 2006

El miedo al totalitarismo anula el radicalismo?

.......Tres formas vigentes de totalitarismo:

"En primer lugar, los fundamentalismos étnico-religiosos, pensando en figuras como Slobodan Milosevic y Sadam Husein. La izquierda occidental se ha equivocado en el análisis pues no es el nacionalismo o el racismo lo determinante sino la falta de política. Los mitos raciales son el señuelo que jalean mafias políticas que sólo buscan el dinero y el poder.

El populismo de la nueva derecha es el otro peligro. Han aparecido aprovechando el abandono de la izquierda que ha proclamado la desaparición de la clase obrera. Haider y Blair se necesitan y complementan. La existencia de un Haider o un Le Pen llevan a la izquierda a concentrar su programa en el salvamento de la democracia, olvidando su vieja causa; pero aquéllos surgen porque la izquierda ha dejado de ser radical.

La tercera forma de totalitarismo puede venir de la mano del Gran Hermano, que reviste dos formas complementarias: la del Panóptico que todo lo vigila por nuestra seguridad, al precio de la renuncia a la privacidad; y la del Gran Hermano televisivo que confunde vida real con representación virtual, con lo que no hay manera de distinguir entre espectáculo y realidad."

(S. Zizek)