14 febrero 2020

El miedo, el enamoramiento, la escultura

(Louise Bourgeois)

¿Qué podemos hacer con el miedo, el miedo común y corriente? ¿Escaparnos? Hay una larga lista de cosas que podemos hacer. Las personas inmaduras creen que pueden conquistar el miedo -aunque en realidad no lo conquistan, sólo creen que lo hacen desaparecer- enamorándose. ¿No es así? Uno se engaña, simula estar enamorado para no sentir la punzada del miedo. Nos “enamoramos” de alguien a quien tememos, provocamos un cortocircuito con el miedo y entonces no lo sentimos. Pensemos en la serpiente y el pájaro: el pájaro se siente cautivado, ¿no es así? Es exactamente lo mismo. El pájaro se siente atraído, no sufre, no siente miedo, de hecho está como hipnotizado, y la serpiente acaba engulléndoselo. Es así. Sólo puedo pensar por medio de imágenes. Ese es mi problema. Pero la diferencia con el verdadero amor es que no se llega al sexo, no hay verdadero deseo. Creo que la prueba de que se está enamorado –del amor verdadero- es el deseo de dar.


Pero no se puede “amar” a todo el mundo para ocultar el miedo, resulta muy agotador e improductivo. Así nunca creceremos, pasando de un enamoramiento pasajero a otro para no sentir miedo, creyendo que hemos conquistado algo cuando en realidad no hemos conquistado nada. Los años pasan y no habremos conocido la experiencia verdadera del amor –porque por lo general esa experiencia del amor no se materializa- y habremos perdido el tiempo. Y esa pérdida de tiempo se expresa en ira, porque sentimos que no hemos vivido, que la vida ha pasado en vano.


"Desde pequeña asocié el acto sexual con la muerte. En esa historia, los amantes, en prenda del amor que sienten, se dicen que si alguno de los dos muere, el otro ya no querrá vivir. Mis padres hubieran dicho lo mismo, como si actuaran el papel de Píramo y Tisbe. Pero esa es la historia de ellos, no la mía. Se juraban amor continuamente. Y eso a mí me resultaba muy extraño porque mi padre era una persona promiscua que le era infiel a mi madre cada vez que podía y mi madre lo sabía. Ese era un rasgo muy peculiar de mi padre, porque este hombre promiscuo que se acostaba con medio mundo tenía por ideal la historia de Píramo y Tisbe. Pensaba que si él moría su esposa ya no querría vivir, aunque no estoy muy segura de que eso funcionara en el sentido inverso. A mi madre no le gustaban mucho esas tonterías pero mi padre decía cosas como “¡Te quiero tanto que si te murieras, yo también me moriría!” El día anterior tenía marcas de lápiz de labios en la cara. Mi padre siempre tenía la cara manchada de lápiz de labios. Las declaraciones de amor siempre tenían que ver con la muerte. Mis padres concebían el amor como algo diferente del sexo.

El arte surge de la vida. El arte surge de las dificultades que enfrentamos cuando queremos seducir a los pájaros, a los hombres, a las serpientes o a quien sea. Como en una tragedia de Corneille, donde todos persiguen a todos. A ti te gusta A, y a A le gusta D, y a D le gusta C y así. Como hija de Voltaire, educada en el racionalismo del siglo diecinueve, creo que con el debido empeño, el mundo mejorará. Si trabajo como un perro en todos estos… artefactos, conseguiré el pájaro que quiero.

Hay muchísimos artistas, por supuesto, pero la mayoría son muy poco interesantes, porque la expresión personal no puede ser un fin en sí mismo o, mejor dicho, la expresión personal puede ser un fin en sí mismo pero no es interesante. Millones de personas toman el desayuno por la mañana pero es muy difícil lograr que el desayuno sea interesante, desde un punto de vista objetivo.

En la obra está mi incapacidad para hacerme querer. La resistencia de la piedra es mi incapacidad para hacerme querer.

En primer lugar, me casé con un intelectual. Solo le interesaban las ideas. Por lo tanto siempre le interesó saber qué es verdadero y qué no. Lo digo como un gran halago. Mi padre era un escéptico, un descreído. Siempre decía que necesitaba pruebas.

DK: ¿También su esposo decía eso?

No, mi padre decía eso, y me parecía admirable. Decía: “No creo en nada que no puedas probar. Y te corresponde a ti probarlo.” Intelectualmente, la idea era básicamente la misma, la misma perspectiva. Solo que Robert Goldwater era una persona completamente racional, con la mismas cualidades que mi madre. No me traicionaba. No traicionaba a nadie. Nunca en la vida lo vi enojado. Nunca. Y nunca oí que mi madre levantara la voz, nunca. No es poca cosa.

 El arte es un privilegio, una bendición, un alivio. Privilegio significa que has sido favorecido, que lo que haces no te corresponde del todo, no se debe sólo a ti, sino que es una especie de favor que te ha sido concedido. El privilegio te otorga ciertos derechos cuando en realidad no los mereces, te concede algo que los demás no poseen. El arte es un privilegio que me fue concedido y tuve que ejercerlo y estar a la altura, más todavía que con el privilegio de tener hijos. Todo el funcionamiento del arte descansa en una serie de privilegios, y ya es un privilegio ser parte de ese mecanismo.

DK: ¿Entonces, siguió haciendo arte para dar prueba de ese privilegio, para estar a la altura?

Absolutamente. El privilegio era el acceso al inconsciente. Tener acceso al inconsciente es un gran privilegio. Sentía entonces que debía merecer ese privilegio, y ejercerlo. Tener la posibilidad de sublimar a través del arte era un privilegio. Hay que aprender a sublimar. No todos pueden porque no tienen acceso al inconsciente. Esa posibilidad es algo muy especial y también algo muy doloroso. Pero no hay posibilidad de escape una vez que ese acceso te ha sido concedido, una vez que has sido favorecido con esa facultad más allá de tu voluntad.

Mi feminismo se expresa mediante un profundo interés en lo que hacen las mujeres. Pero soy una persona muy solitaria. Reunirme con otra gente no me ayuda; no me ayuda en lo más mínimo. Lo que verdaderamente me ayuda es reconocer mis propias incapacidades y exponerlas. Otra conclusión muy triste a la que he llegado es que sólo me gusta la gente que me ayuda. Es una conclusión realmente triste.

DK: ¿Pero no cree que hay un prejuicio particular con las artistas mujeres?

No. Hay muchos artistas que han sido ignorados. Ese es el problema. Ser ignorado no es lo mismo que ser discriminado. No creo que se haya discriminado a muchas artistas, pero sí que se las ha ignorado. En parte eso es así porque el hombre se comporta como un lobo frente el resto de los hombres, el hombre puede ser un lobo para el resto de los hombres.

DK: ¿Entonces no cree que ha sido discriminada por ser mujer?

No, no lo creo. Pienso que he sido completamente ignorada, un destino que comparto con otros. Pero no es culpa de nadie. Es esa la condición del mundo.


El sentido del arte moderno es seguir buscando nuevos modos de expresión para el artista y sus problemas, sabiendo que no existen caminos ni acercamientos preestablecidos. Se trata de una situación bastante dolorosa y el arte moderno consiste precisamente en enfrentarse a la situación dolorosa de que no hay caminos establecidos para la expresión del artista. Es por eso que el arte moderno sigue existiendo, porque eso sigue siendo así, porque es así la condición humana.

DK: ¿Cree que el arte moderno tiene una relación especial con la dificultad dolorosa para expresarse que enfrenta el artista en el mundo moderno?

Definitivamente. El arte moderno trata sobre el dolor de no poder expresarnos adecuadamente, expresar las relaciones íntimas, el inconsciente, no poder confiar en el mundo para expresarnos más directamente. El arte moderno habla del intento de conservar la cordura frente a esta situación, al menos tentativa y temporariamente, mediante la expresión. El arte surge de nuestros fracasos y de nuestras necesidades más acuciantes, de la dificultad de ser nosotros mismos cuando no nos prestan atención. La sensación de abandono, de desatención abunda en el mundo moderno, y también la necesidad de reconocimiento no satisfecha. El arte es una forma de auto reconocimiento y es por eso que siempre será moderno.