10 julio 2007

El tedio


Puedo decirle que mi vida ha estado dominada por la experiencia del tedio. He conocido ese sentimiento desde mi infancia. No se trata de ese aburrimiento que puede combatirse por medio de diversiones, con la conversación o con los placeres, sino de un hastío, por así decirlo, fundamental y que consiste en esto: mas o menos súbitamente en casa o de visita o ante el paisaje mas bello, todo se vacía de contenido y de sentido. El vacío esta en uno y fuera de uno.Todo el Universo queda aquejado de nulidad. Ya nada resulta interesante, nada merece que se apegue uno a ello. El hastío es un vértigo, pero un vértigo tranquilo, monótono; es la revelación de la insignificancia universal, es la certidumbre llevada hasta el estupor o hasta la suprema clarividencia de que no se puede, de que no se debe hacer nada en este mundo ni en el otro, que no existe ningún mundo que pueda convenirnos o satisfacernos. (Emile Cioran)

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