"Diría que el impacto más pernicioso del mercado de consumidores es la promesa de que, en alguna tienda, espera la cura para todos los males que cada uno de nosotros pueda padecer, con lo cual, siempre se acabará encontrando dicha cura se si busca con la suficiente seriedad y dedicación. Los efectos de esta promesa son de tres tipos, cada uno de ellos letal.
El primero es la , la negligencia en el aprendizaje de la destreza para discutir y negociar con otros las formas de salir de los aprietos que se puedan presentar, así como la creencia de que dicha destreza no es realmente necesaria, ya que la solución a un problema determinado se puede adquirir mas barata y con menos esfuerzo la próxima vez que se salga de compras.
El segundo es la conclusión de que el lidiar con los problemas de la vida es una cuestión solitaria, como el consumo, y que llevarla a cabo en cooperación con otros no mejora significativamente su efectividad.
El tercer efecto consiste, por así decirlo, en sustituir la curación de la enfermedad por la lucha contra los síntomas: por agudo y astuto que sea el tendero, no encontrarás en las tiendas el remedio para las causas sociales de tus problemas, sino únicamente las recetas para suavizar las pruebas y tribulaciones causadas (o meramente para olvidar la molestia por el tiempo invertido en la obtención de las recetas y todos los dispositivos que se les asocian). El ascenso del consumidor es la caída del ciudadano. Cuanto más hábil y capaz es el consumidor, más inepto es el ciudadano. " (Z. Baumann)
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