(Cuadro de Edward Munch) |
Creo que eso es lo que llamamos melancólico: un ser lleno de ambiciones que no puede realizar por falta de vitalidad, sensual pero inhibido, un hombre que se unió a su esposa con un sentimiento tan arraigado de sus propias imperfecciones que se dejo dominar por ella y se volvió dependiente. He aquí a un hombre carente de defensas contra la soledad, carente de la vitalidad para hacerse amigos o conocer chicas en una ciudad desconocida; un hombre que, de encontrarse solo en Roma o París, se encerraría en el hotel a escribir cartas a la mujer y los hijos.
(John Cheever)
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