22 marzo 2020

La Pandemia (3)

El grito: Edward Munch

El mundo se reduce a nuestra vivienda. El enemigo esta dentro, acecha para la invasión,  en el pomo de una puerta, en cualquier superficie. Nos hemos reducido drásticamente el espacio exterior y al mismo tiempo también podemos tener invadido el espacio interior. Estamos evolucionando de la ciencia ficción al terror.

En realidad y no es pose, no me importa mucho morir, no creo que me suceda nada tremendamente nuevo e interesante en la vida que me queda. El mundo actual es tan cambiante e imprevisible que nunca pensé que me sentiría tan perdido.

Primero las etapas de la vida nos las indican,  sutilmente, como se indican  estas cosas, sin nombrarlas. No sabes lo que vas a hacer pero sabes lo que no vas a hacer, porque no se te ocurre, porque en tu modelo no cabe.

Luego, tras un arduo y  trabajoso periodo de reflexión, de vivencias y  errores empiezas a pensar que sabes lo que haces, que decides. Craso error. Si, decides, pero dentro de los limites de tu modelo, inmodificable, inalterable, Puedes modificar el software pero no el hardware.

Cuando llegas a la vejez, ese periodo en que no esperan nada de ti, te tratan con amabilidad y hasta ternura, pero como si nunca supieras lo que haces o tu discurso estuviera siempre fuera de tiempo. Te llaman señor y te dejan el asiento en el autobús los chicos de la concertada. Te conviertes en una excusa para que los demás demuestren su bondad. 

Intento ser positivo, frase repetida que se ha convertido en un slogan vacío. Hay que recordar la frase de B. Russell diciendo que un optimista es un imbécil simpático y un pesimista un imbécil antipático. Puede que eso cambie en la vejez, seguimos siendo imbéciles pero ya no nos importa tanto caer simpáticos. 

Se ha producido el viraje, lo que parecía imposible ha sucedido. Lo real ha traspasado lo ilusorio, lo imposible ha sucedido, la publicidad del Corte Ingles resulta ridícula por su infantilismo. Se acabaron las carreras hacia las rebajas. La rebaja la tenemos en casa y ha venido para quedarse. 

"No somos soñadores. Estamos despertando de un sueño que se convierte en una pesadilla. No estamos destruyendo nada. Estamos viendo cómo el sistema se destruye a sí mismo." (Slajov Zizek)

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