01 febrero 2021

El mensaje en la botella y la escultura



“No soy competitivo, nunca lo he hecho con otros artistas. A cada uno siempre lo he considerado como una isla. Cada ser humano es único con una geografía delimitada dentro de un océano común. Yo soy una isla más, muy emocional, por lo que mi obra siempre responde a mi vida. No soy diferente, pero tampoco puede ser de otro modo. No intento ser el que tiene la verdad, porque ¿qué es la verdad? Ahora bien, me molesta la verdad oficial, lo que se supone que es lo que se tiene que decir o lo que se tiene que defender si quieres estar ahí. El mío siempre ha sido un camino paralelo y creo que ha funcionado bien para encontrar lo que buscaba”.

P: ¿Y qué es?
El viaje como concepto.

P: ¿Siempre tuvo claro lo de irse fuera para encontrar su lugar.?
Siempre he sido un extranjero y eso me mantiene vivo. Es como esos libros a los que vuelves una y otra vez, y cada vez lo haces de forma distinta. Algo parecido pasa con la escultura. No se mueve, lo haces tú. Es el lugar al que siempre puedes volver.

P: ¿Lo suyo es un tempo lento…?
Busco fabricar silencio y eso es algo esencial en momentos como estos, con tanto ruido mental y confusión, algo que ha venido repitiéndose en todos los finales de siglo. Hay demasiada polución de mensajes. Ya no sabemos si lo que decimos es de verdad una idea nuestra o ecos de otros. La escultura tiene un tempo que siempre es más lento que la cabeza.

La escultura tiene esa capacidad de hablar de lo inabarcable, de aquello a lo que aspiramos pero que nunca conseguimos. Algo que, siendo tan próximo al cuerpo, como la emoción, no lo podemos tocar. De ahí que trabaje con el rostro, que es la única parte del cuerpo que no podemos vernos.

P: Y la muerte. ¿La teme?
No. Einstein me ayudó en eso. Decía: “¿Para qué pensar en el futuro? Llega tan pronto”. Mi obra es un intento de celebrar la vida y enviar un mensaje de optimismo. Todavía somos capaces de reinventar, de crear algo. Sí, ya sé que me puedes decir: “Jaume, por el amor de Dios, ¿qué dices?”. El Mediterráneo parece un cementerio, la política se ha vuelto aberrante porque la mentira se ha institucionalizado. No sé, la lista es infinita, pero lo mismo diríamos de otros contextos. Hay niveles, de acuerdo. Pero, ¡hostia!, yo intento dar una salida. Ser destructivo es fácil, pero prefiero arriesgarme a decir: “Y esto, ¿por qué no?”.

P: O sea, sí hay que mantenerse puro.
"Tienes que mantenerte tal como eres. Cada ser humano es único y excepcional. Si no nos contamináramos con la información exterior, cada persona sería un genio. Porque una de las características clave de la información es que nos uniformiza. Por eso me habrá oído decir que con mi obra trato de generar silencio. Para que cada persona esté consigo misma, lo cual es más complicado de lo que parece."

"Una de las bellezas del arte está en que es inexplicable. Y sobre todo en que no sirve para nada. Esa fuerza que tiene es también una gran fuente de manipulación. Unos la utilizarán de una forma, y otros, de otra. Por eso siempre pido al espectador, machaconamente: confía en tu criterio. Así, si te equivocas, será con tus errores y no con los de otro. El arte no se debe entender. Debe emocionar. Yo, a veces, no entiendo una lengua, pero me conmueve escucharla porque tiene una belleza sonora extraordinaria. A menudo exigimos al arte algo que no necesariamente tiene que darnos de inmediato. Lo que se crea tiene un recorrido, y el espectador necesita su tiempo. Es como un mensaje en una botella, que según las corrientes puede tardar en llegar. Bueno, pues todos los mensajes son importantes. Todos pueden llegar. Todos pueden funcionar."

“Jaume, no olvides nunca que la memoria es más vasta que nuestros recuerdos” (Jose Angel Valente)

(Jaume Plensa: Entrevista)

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