12 junio 2024

La añoranza de un orden que nunca existió



Medio continente anhela lo mismo que las monjas. Regresar a una Europa y a un país de fantasía, pero que puedan comprender; donde reine el orden y todos tengamos el mismo color, la misma lengua, la misma fe, los mismos valores, la misma educación y se acabe de una vez este sindiós de géneros y sexos; donde venga la gente que tenga que venir, pero a servir y a trabajar como es debido, donde todos nos juntemos a comer paella, cocido o tortilla, nos gusten los toros, seamos de la selección, hablemos castellano, vayamos a las procesiones en Semana Santa y pongamos el nacimiento en Navidad; donde si algo no nos gusta se pueda prohibir, expulsar, desterrar y, si fuese menester, quemar; como se ha hecho siempre, sin tanta burocracia comunitaria y tanta mandanga.

Las monjas de Belorado nos representan mucho más de lo que pensamos y nos gusta admitir. Y eso sin hablar de sus trufas.

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