
La evolución cultural de este país es imparable.
Estamos a punto de pasar de no leer libros en papel a no leerlos en pantalla. (Alfons Lopez)




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| (Nadine Gordimer) |
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| (Roberto Bolaño) |

Hablar es buscar la palabra. Encontrarla es siempre una limitación. El que de verdad quiere hablar a alguien lo hace buscando la palabra, porque cree en la infinitud de aquello que no consigue decir y que, precisamente porque no se consigue, empieza a resonar en el otro.
Algo de esta sabiduría de balbucear y enmudecer sea tal vez la herencia que nuestra cultura espiritual deba transmitir a las próximas generaciones.
(H.G. Gadamer)
El arte de las imágenes poéticas consiste, ante todo, en decir la experiencia humana más íntima, su dimensión contemplativa y emocional, mediante el juego de las palabras, que según Jackobson, violenta organizadamente el lenguaje cotidiano.
Bajo esa perspectiva, el recurso de los términos abstractos se aprecia como un empobrecimiento en la capacidad de poner en palabras la complejidad de la experiencia.
Esta afirmación, que parece un contrasentido, puede entenderse mejor si uno recuerda el ensayo de Italo Calvino sobre la visibilidad, en donde argumenta que una característica de la creación literaria consiste en permitirle "ver" al lector el mundo imaginario o real puesto en palabras por el escritor;
Si deseo transmitir realmente la sensación de una noche hermosa, tendría que poner en palabras los infinitos detalles de esa noche, para que el lector sea capaz de verlos y acceda por sí mismo al significado de esa "hermosura".
Si el poeta dice "noche hermosa" el poema no lo será, aunque la noche lo fuera. Será un poema directo, tal vez sincero, pero fallido por falta de "visibilidad".
(J. Ramirez Bermudez)

Aunque seamos sinceros
estamos condenados a la falsedad,
a defendernos
del empujón diario de la lógica.
Creo que la razón por la que existen las historias y los libros es porque permiten a alguien venir y secuestrar tu «voz interior» durante un rato, de modo que no tienes que hacer ningún trabajo mental.
( Douglas Coupland)
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| (Robert Walser) |
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| (Thomas Bernhard) |
..Lo que viene es "un aumento de la nostalgia", mayor culto a la persona ("volver a ella, las empresas formadas por las personas, el ángel caído que ha de levantarse") y ¡el respeto!: "Es algo que ha impulsado el medio ambiente pero ahora aplicado a la diversidad social; veremos si llega hasta los padres o profesores". (Daniel Cordoba Mendiola)
Hacemos como si la soledad fuera un problema.
Tal vez es una idea fija:
como el miedo a morir en verano,
cuando más rápido llega la putrefacción
(Peter Handke)
La experiencia de combinar números con colores o sensaciones está bien documentada en los casos de sinestesia, pero la capacidad mental que ha demostrado Tammet y el grado de habilidad desarrollado en cuanto a las asociaciones que realiza es inusual. En su mente, cada número posee una única forma, color, textura y emoción. De forma intuitiva, Tammet puede "ver" los resultados de complejas operaciones matemáticas dentro de un paisaje que recrea su mente inconsciente sin esfuerzo, pudiendo distinguir de un solo vistazo, por ejemplo, si un número es primo o compuesto. Su particular forma de ver los números lo ha llevado a describir algunos de ellos como "especialmente feos" (caso del 289), o al 333 como "atractivo", o al número Pi, como "especialmente hermoso". Otros números como el 6, no parecen poseer una imagen clara. Tammet no solamente se ha limitado a describir verbalmente sus visiones matemáticas, sino que también ha sido capaz de realizar composiciones artísticas como una acuarela en la que plasma Pi. (Sobre Daniel Tammet)
"Lo que más me costó", dice con una expresión traviesa, "fue tener que hablar de manera diplomática: no podía decir todo lo que hubiera querido. Para una persona como yo, que toda la vida estaba acostumbrada a decir lo que opinaba, la obligación de expresarme de un modo frío, distante y diplomático resultó dificilísimo".
"Tras la caída del sistema totalitario", afirma Havel, "en los países del antiguo bloque soviético comenzó una etapa transitoria: el poscomunismo. Una fase de rápida y masiva privatización, no delimitada por ningún marco jurídico sólido, en la cual la antigua nomenclatura comunista controla tanto las informaciones como los contactos, lo que la convierte en el núcleo y la parte más influyente de la nueva clase empresarial". Esas personas, una vez enriquecidas y aupadas a las esferas del poder democrático, tuvieron ante todo la habilidad de limitar la libertad de expresión y de reunión política, tan necesarias a la democracia. Acostumbradas a ejercer el poder limitando el de los demás, esas nuevas clases surgidas de la antigua administración empresarial acoplan sin apenas disimulo el poder económico con el político y el control de los medios de comunicación. "Así han establecido algo que suelo llamar capitalismo mafioso", dice Havel.Ninguno de los países que, hace 20 años, se desembarazaron del totalitarismo ha podido evitar los dos fenómenos que caracterizan el poscomunismo: la corrupción y la desmoralización en cuanto desánimo y pérdida del sentido ético.
En los países que vivieron bajo el comunismo, la población vive sumida en la frustración y la apatía generalizadas. Havel llama a esta atmósfera, que paraliza la sociedad, la "depresión poscomunista". El ex preso Havel compara ese extraño estado a la psicosis de un prisionero en libertad: "Cuando un preso, acostumbrado a vivir durante años en una estrecha celda con una estrictísima disciplina, sale de la cárcel y experimenta todo lo que de insólito tiene la libertad, cree que todo le está permitido, pero sufre bajo el peso de las decisiones que hay que tomar continuamente, mientras antes eran el Estado y el Partido quienes decidían".
Los ciudadanos de los países poscomunistas suelen tener ideas bastante más conservadoras que los habitantes de la Europa occidental. Desconfían de principios que puedan recordar la propaganda comunista, como educación o sanidad para todos. Según Havel, se trata de una reacción al régimen anterior: "La gente critica cualquier tipo de regulación estatal porque les parece comunista. Nos hace falta equilibrio, perspectiva. Y la llegada de nuevas generaciones, más serenas que las que vivieron los excesos ideológicos".
Havel explica que los ciudadanos sienten ira porque, durante el comunismo, para sobrevivir tuvieron que plegarse forzosamente al régimen: "Adaptándose acabaron colaborando con el comunismo aunque no estuvieran de acuerdo con él. La gente se sentía humillada por tener que decir lo contrario de lo que creía. En la democracia, toda la ira y el odio acumulados despertaron y la gente se ha lanzado a buscar chivos expiatorios". A todos les cuesta aceptar que hubo quien no se plegó al régimen porque ese ejemplo les pone ante un espejo que refleja una imagen insufrible de sí mismos.
"La UE padece esa antigua enfermedad europea que es la tendencia a aceptar el mal", reflexiona Havel, "a cerrar los ojos y cooperar con países autocráticos y a veces incluso dictatoriales. Creo que los nuevos miembros de la UE, que tienen una experiencia reciente del totalitarismo, deberían alertar a la UE en este sentido. Porque la complacencia hacia el mal nunca ha obligado al mal a retirarse".
(Vaclav Havel)
"La capacidad para superar los problemas y salir incluso fortalecido de esas situaciones recibe en psicología el nombre de resiliencia. La palabra procede de un vocablo que se usa en ingeniería para designar en que medida un material puede soportar un choque".
"La resiliencia depende de nuestra maestria a la hora de establecer relaciones afectivas seguras. Es la habilidad de saber construirse, en cada ocasión, un entorno afectivamente seguro desde el que explorar el mundo"
"Los que escalamos las colinas, mas o menos empinadas, de nuestra propia existencia tambien necesitamos campos base emocionales para sentirnos seguros, para sentirnos capaces"
(Boris Cyrulnik)
En las dictaduras todo está muy desnudo, uno ve todo lo que no debe ver o aquello que en otras sociedades no está a la vista con tanta nitidez. Y uno ve también cómo repercute esto en la literatura. Sobre todo en negativo: apenas has descrito algo y ya viene la policía secreta. Es el miedo de los aparatos represivos frente a la literatura, frente a la urgencia con que se leen los libros. Y es que bajo las dictaduras las fronteras de las personas son trazadas intencionalmente y vigiladas por los aparatos represivos. Tienen una finalidad. Ésta consiste en prohibir la libertad, impedir que surja la idea de libertad. La función de esas fronteras es dañar a las personas, destruirlas psíquicamente, hacerlas dependientes del miedo, domarlas. Funciona en cada dictadura, precisamente porque éstas trabajan el día entero en esa dirección, perfeccionan cada vez más su método hasta reducirlo al absurdo, hasta que se viene abajo por sí mismo. Pero las dictaduras eurorientales se colapsaron, implosionaron, no explotaron. Creo que, en parte, reventaron a causa de su delirio perfeccionista, del delirio de afinar tanto la represión que había un sector creciente de la sociedad que no era productivo, que sólo se dedicaba a la vigilancia, que generaba persecución y temor. La única labor productiva que merecía la pena era la fabricación del miedo y, al final, sólo se tenía un montón de miedo. La industria era un depósito de chatarra; la agricultura estaba destruida. Así les había ido también a los soviéticos. Al fin y al cabo, los soviéticos no disolvieron su imperio por altruismo o por bondad, sino porque sencillamente ya no había modo de solventarlo.
(Herta Müller)
...... No tengo la sensación de ser yo quien escribe libros, sino que estos son escritos a través de mí, y una vez que me traspasan me siento vacío y no queda nada...... Nunca tuve, ni tengo, la percepción de mi identidad personal. Me aparezco a mí mismo como el lugar en el que algo pasa, pero no hay un "yo". Cada uno de nosotros es una especie de encrucijada en la que suceden cosas. La encrucijada es totalmente pasiva: algo ocurre allí, y otra cosa, igualmente valida, en otro lado. No hay elección, es una cuestión de azar.
(Levi-Strauss)
Un estilo de vida «normal» es vestirse con la ropa que has comprado para ir a la oficina y conducir a través del tráfico de la ciudad un coche que todavía estás pagando, todo ello para llegar a un puesto de trabajo que necesitas para poder permitirte pagar la ropa y el coche, además de la casa que se pasa todo el día vacía.
(Ellen Goodman)
Hice esculturas porque lo que me interesaba en la pintura era poner orden en mi cerebro. Cambiaba de medio, cogía tierra para descansar de la pintura con la cual había hecho absolutamente todo lo que podía en ese momento. Eso significa que era siempre para organizar. Para poner orden en mis sensaciones, para hacer un método que me conviniera totalmente. Cuando lo había encontrado en la escultura me servía para la pintura. Siempre para tomar posesión de mi cerebro, a través de una especie de jerarquía de todas mis sensaciones, que me hubiera permitido alcanzar mi objetivo.
(Henri Matisse)

El problema de la mujer, celebre, formulado en esa pregunta de Freud: ¿Qué quiere una mujer?, se mantiene, la femineidad sigue siendo un enigma.
Leo a Robert Walser: (Escrito a lápiz. Microgramas II (1926-1927)), como casi siempre, mas interesado por los reflejos del autor y lo leído entre lineas que por lo que dice. No es una manera de disfrutar leyendo, pero..... uno es así.

Cuando se vive el fin de una civilización, la ultima confrontación brutal no se produce contra una sociedad, contra un Estado, contra una política, sino contra la materialidad fisiológica del hombre.
Los resultados científicos apuntan a que lo que llamamos "realidad exterior" es en gran parte una proyección que realiza el cerebro. Por ejemplo, los colores no existen en la Naturaleza, sino que son atribuciones que la corteza visual hace a los impulsos eléctricos que le llegan del órgano de la visión.
La comparación no es correcta del todo, ya que los sueños, yo prefiero llamarles ensueños, son completamente irreales, no así la llamada "realidad exterior", que desde luego existe independientemente de nosotros. Ahora bien, como es esa realidad aparte de nuestras proyecciones es algo que probablemente nunca sabremos.
(Francisco J. Rubia)
Nunca me ha detenido un Guardia Civil y me ha pedido dinero, tampoco en las oficinas de la Administración, aparte de algunas desidias y esperas , me han obligado a sacar la billetera. En la Sanidad publica no he pagado sobre-costos ni he tenido que recurrir a influencias para ser atendido. De pequeño no han abusado de mi , ni sexual ni psicológicamente, aparte de las chicas que nunca me han hecho caso, (¿esto se considera abuso por defecto?).
De todas formas, este último viernes me cansé. La interrumpí en medio de una frase:
—Joder, Aurora (así se llama), no haces más que contar desgracias, enfermedades y muertes.
—¿Y qué quieres, Miguel? ¿En que mundo vives tú? ¿Es que no ves el telediario? ¿Es que tú te crees que se puede estar contento y despreocupado con la pandemia que se extiende, con las guerras en todos los continentes, con los niños que se mueren de hambre en África, con las bombas que caen sobre Gaza?
—Hombre, no, pero…
—Hace falta ser un inconsciente, perdona que te diga. Vivir en un mundo de ficción.
Y aquí es cuando, lo confieso, me desarma completamente y no sé qué decir. Es oírla esto y me da un dolor aquí, como en el tercer espacio intercostal, que me deja sobrecogido. Justo ahora vengo de pedir cita en el médico.
(Miguel Baquero).
Ha publicado varios libros: El ultimo: Diez cuentos mal contados. Muy recomendable, en este estilo cotidiano/universal tan atractivo.
http://miguel-baquero.blogspot.com/
La escritura de ficción es una buena forma de conocimiento. Es una forma intuitiva sin la cual no existiría la lógica, no es un conocimiento científico pero sin este proceso prelógico no se llegaría al conocimiento. María Zambrano añade que antes de llegar a una formula matemática, los científicos tienen necesidad de que investigadores más jóvenes trabajen en el plano científico porque lo hacen intuitivamente, con menos prejuicios. En la vida, no hay hilo conductor. Lo buscamos nosotros. Cuando lo encontramos le damos un sentido. Para crear ese hilo conductor nos explicamos a nosotros mismos los hechos, cuando llegamos a casa por la noche intentamos escucharnos: eso es una forma de narrar, de entender. Quizás de otra manera la vida no tendría sentido. Quizás por ello creo en la narración.
Lo que llamamos yo no tiene ningún correlato en el cerebro, por lo que se ha supuesto que es una ficción más. Hay autores que dicen que su origen es de carácter social. Desde luego el concepto del yo se desarrolla tardíamente en el niño, el niño no nace con él.
Aparte de ello, existen distintas concepciones de ese yo según la cultura: hay un yo mas egocéntrico, occidental, cuando se le compara con otro yo mas social y colectivo en culturas orientales.
En otro orden de cosas sabemos que ese yo es divisible, no solo en enfermos en los que se les ha separado un hemisferio de otro cuando se pretendía impedir la propagación de un foco epiléptico, sino también en lo que se conoce como "doble o múltiple personalidad". Desde luego, no se puede decir que exista en el cerebro una estructura que sustente ese yo que, supuestamente, lo controla todo.
(Francisco J. Rubia)
El totalitarismo es la integración de todas las manifestaciones culturales en el enorme edificio de la educación del pueblo. El concepto de literatura comprometida es el reflejo de esta gigantesca idiotez educativa. El arte que se dice comprometido (es decir sometido a un programa político) no ataca la realidad sino que la disimula bajo una interpretación prefabricada. Integra la tendencia poderosa y nefasta, (de la que Occidente no esta exceptuado) que pretende escamotear la vida concreta en beneficio de un sistema abstracto, reducir al hombre tan solo a su función social y privar al arte de lo incalculable. Ya tome partido por unos u otros, cuando el arte se coloca al servicio de una finalidad política no hace mas que participar en el embrutecimiento general.
(Milan Kundera)
Un artista es un hombre que crea un universo paralelo porque no quiere que se le inflija uno impuesto. Los dementes son personas que llevan su creatividad más lejos que los artistas profesionales, es decir, que creen en ella de forma total.