He envejecido dentro de tus ojos; eras la dulzura y el exterminio
y yo amé tu cuerpo en sus frutos nocturnos.
Tu inocencia es como un cuchillo delante de mi rostro,
pero tú pesas en mi corazón y, como una miel oscura, yo te
siento en mis labios al ir hacia la muerte.
(Antonio Gamoneda) (de Josef Pik)
Encuentro inesperado
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Encuentro inesperado ¿Una duda puede evitar que acudamos a cumplir un
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límpida l...
Hace 5 años
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