28 febrero 2006

Checoslovaquia y la Felicidad

"En un país como Checoslovaquia a finales de las décadas de 1970 y 1980, la gente era, en cierto modo, realmente feliz; se cumplían en este caso tres condiciones fundamentales de la felicidad.

Sus necesidades materiales se hallaban básicamente satisfechas; no bien satisfechas ya que el exceso de consumo puede de por sí provocar infelicidad. Es bueno experimentar una escasez limitada de productos en el mercado de vez en cuando (falta de café durante un par de días, después falta de carne, después de televisores) ; estos breves periodos de escasez funcionaban a modo de excepciones que tenían el efecto de recordar a la gente que debían sentirse dichosos de que dichos productos estuvieran generalmente más o menos disponibles; si se puede disponer de todo en todo momento, la gente toma esta disponibilidad como un hecho vital evidente, y dejan de valorar su buena suerte. De modo que la vida siguió su curso de un modo regular y predecible, sin grandes esfuerzos o sobresaltos; se le permitía a uno replegarse en su propio mundo privado.

Un segundo rasgo, extremadamente importante: existía el Otro (el Partido), al que se podía culpar de todo lo que marchaba mal, de modo que nadie se sentía verdaderamente responsable; por ejemplo, en el caso de que existiera una escasez momentánea de algunos productos, aun en el caso de que fuera una tormenta la causa de un destrozo importante, la culpa era del Otro.

Y, por último, aunque no por ello menos importante, existía un lugar Otro (el Occidente consumista), con el que se podía soñar, incluso visitar en algunos casos; este lugar se hallaba a una distancia justa: ni demasiado lejos, ni demasiado cerca. " (S. Zizek)

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