03 agosto 2011

El coleccionismo y los sentimientos


   Voy a convertirme en coleccionista de mi propia vida, catalogando esos instantes neutros, deshumanizados, ya que lo que se repite constantemente es el catalogo limitado de mis sentimientos, cuya fuerza, a veces avasalladora, no puede ya tapar su patética repetición.
El coleccionismo es pues una forma de detener el tiempo, de fijar la existencia en algo más alentador que la propia vida, tan acorazada por el miedo. La arqueología de lo sentimental viene dada, en mi caso, por una repetición en el sentir. No me reconozco en el índice de sentimientos habituales pero tampoco consigo encontrar un nuevo catalogo. Sonrío cuando alguien expresa sentimientos en mi presencia pero siempre los siento "forzados", algo histriónicos.
Ni la sexualidad me saca de esa coraza "reichiana" en mi camino hacia el silencio y la contractura, que no tiene el glamour de la catatonia. Ya no me divierten los juegos de parejas y sus "libertades" o "ataduras", tampoco me interesan los "juegos laborales" y el "fijate.... con lo que yo he hecho", me aburren los "juegos políticos", "entonces yo le dije.... " y aquí siguen razones de estado. Me aburre la reiteración de mis pensamientos, los caminos trillados de mi cerebro, y sobre todo esa incapacidad de cambio que la costumbre y el goce impiden constantemente.
Solo me estremece un texto "justo" que no produzca "tolerancia" en su lectura repetida, un cuerpo "justo" sin añadidos motrices, una sonrisa "justa" bordeando la amargura, una muerte "justa" sin prolongar nada.
Quizás el amor "justo" , aunque se desgasta tanto que llega un momento en que parece que no hubiese ocurrido. Puede que el catalogo indefinido de tipos de amores no sean mas que combinaciones de palabras que explican nuestros cálculos para no estar solos.
Puede que todo sea una incapacidad de meter la cabeza en lo oscuro, porque para poder soñar hay que aceptar las pesadillas.
Quizás la evolución sea una impostura.
(Evaristo Cienpozuelos, tras la depresión post-vacaciones)

El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro. (Woody Allen)

1 comentario:

Marta Sanuy dijo...

Buen texto con buen final.

La evolución es una impostura, creo.

Aunque no tengas catálogo a mi me sentaría de maravilla una charradita contigo estos días. Cuando vuelva te llamo.