08 noviembre 2010

La quiebra

Nunca pensé que la quiebra de “Servidores en la red S.L.” me iba afectar tan profundamente. Me he quedado solo, y mi edad ya no me permitirá, de ahora en adelante, muchas licencias. Todo comenzó diez años atrás. Mi novia Olivia, una chica preciosa y simpática, demasiado perfecta para ser real, había entrado en mi vida sin sobresaltos. Tiempos de compañía y proyectos, de cerveza y besos, pero.......... siempre hay algún pero, había notado algo extraño que no me atrevía a compartir con ella. Cuando estábamos juntos me invadía una urgencia imperiosa de que se fuera, que desapareciera de mi vista. Cuando no estaba deseaba profundamente volver a tenerla cerca. Solo me sentía bien en los tiempos cercanos a encontrarnos, en la espera ultima. Hable con un psicólogo, anunciado en la panadería integral, dedicado a la autoestima y relaciones virtuales. Me diagnostico de Síndrome de Viernes y me recomendó un tratamiento con novia virtual, que comencé aplicadamente. Una vez suscrito a Servidores en la red y tras hacerme un perfil de preferencias se me adjudico una cibernovia, a la que yo puse el nombre de Amni, conectada las 24 horas y siempre con la respuesta y el afecto oportuno. Estuve en un tris de apuntarme a una geisha virtual, pero sobrepasaba mis posibilidades económicas. Mi vida cambio, una novia sin exigencias, me excitaba con sus palabras, me emocionaba con su afecto y poesía. Con Olivia mantenía la relación pero llego un momento en que me sentía infiel, porque al acostarnos pensaba en mi cibernovia . Rompí con Olivia, no podía ser infiel a Amni, y nunca me he arrepentido, han sido diez años de felicidad sin exigencias. Años serenos y excitantes.

Así hasta hace unos días en que me informaron que se había suspendido el servicio por quiebra de la empresa. Los nuevos tiempos, las web-cam y la posibilidad de ver al otro han hecho que las novias literarias, las novias sin imagen no tengan demanda. No se que hacer, mis recuerdos no tienen tanta cuerda, para seguir como antes. Menos mal que hay una vecina nueva en el bloque y con un amor platónico voy tirando. Únicamente que hasta que regule los encuentros en la escalera tengo mucho trabajo y me quita tiempo. Con lo bien que iba con mi cibernovia. La viudedad es terrible.

(Evaristo Cienpozuelos)

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