"Un fantasma recorre los salones de las clases medias occidentales: el fantasma de la hipocondría moral.
Sentir culpa por hechos en los que no participan directamente: esa suele ser la reacción entre gentes bienestantes. Desentrenadas en asumir responsabilidades políticas, lidian con los males del mundo con sentimentalismo, juicios maniqueos y una mezcla de decencia moral y narcisismo."
"De la peculiar combinación de decencia y narcisismo nace uno de los fenómenos tal vez más definitorios de las clases medias progresistas de las sociedades occidentales a partir de la segunda mitad del siglo XX: la hipocondría moral. Se trata de la idea según la cual si nos sentimos culpables por los males y las enfermedades del mundo social y político es porque son en efecto culpa nuestra, a pesar de que muchas veces esté lejos de ser claro qué significaría tal cosa. La hipocondría moral es, en pocas palabras, creer que sentir culpa nos convierte en culpables. Esta forma de falsa consciencia revela un desconcertante narcisismo patológico que mezcla una desmesurada presencia del yo y una brújula moral bien imantada.
La hipocondría moral es un fenómeno tan pequeñoburgués como el decoro a la hora de comer, el uso arbitrario de benzodiacepinas o las llamadas a la policía a las dos de la mañana porque hay borrachos cantando en la plaza de debajo de casa.
El hipocondríaco moral tiene dos rasgos narcisistas mezclados: pensar que es más importante de lo que realmente es, por un lado, y no poder distinguir entre sentir que ha actuado mal y haber actuado de hecho mal, por el otro. El hipocondríaco moral siente indignación acerca de algún acontecimiento sin que eso implique que en efecto se haya cometido una injusticia; más bien es, de nuevo, una proyección de su propia vida psíquica. Estos rasgos muestran que la persona tiene dificultades para distinguir entre su punto de vista y la realidad.
Quienes ambicionan e intentan poner en práctica un ideal utópico pueden ser desmedidamente optimistas y carecer de una visión realista del mundo, pero no suelen sufrir hipocondría moral, entre otras cosas porque embarcarse en intentar organizar un ideal utópico es la actitud quizás más anti burguesa que existe, mientras que la hipocondría moral es una actitud tal vez exclusiva de las mentes burguesas.
Donde todos son culpables, nadie lo es. (Hannah Arendt)
(Natalia Carrillo & Pau Luque: Hipocondría Moral)