17 julio 2021

Ana Blandiana, poesia y cultura de la cancelación

(Ana Blandiana)


“Creo que la poesía no pertenece a otro mundo, sino que es la esencia, a menudo irreconocible, de este”. 

P. Entrelaza en estos versos amor y muerte (tras la muerte de su marido), a la que trata con cierta esperanza. ¿Cómo la afronta? ¿La poesía hace más fácil enfrentarse a ella?

R. Al principio me sorprendió descubrir que la reacción más común de los lectores era: “¡Qué libro tan luminoso!” Pero luego me di cuenta de que era normal que así fuese. ¿Qué podía haber más luminoso que el descubrimiento de que no existen fronteras entre la vida y la muerte? Y ¿Cómo podría ser de otra manera, ya que el amor es en realidad de la abolición de todas las fronteras? Al escribir estos poemas en los meses posteriores a la muerte de mi marido, descubrí que todo lo que había conocido sobre ella hasta ese momento eran prejuicios que no se cumplían. Descubrí que no estaba escribiendo sobre una separación, sino sobre la imposibilidad de la separación. El amor y la muerte no se unen, sino que el amor pulveriza los significados de la muerte como desaparición, iluminando otro camino.

P. “La poesía verdaderamente grande es la que no se ha formulado aún”, afirma. ¿Cómo puede entonces crear el poeta? ¿No es cada verso una traición a lo posible?

R. En mi ensayo “La poesía entre el silencio y el pecado”, me refiero a la evolución de la poesía como un ideal, concebido como una intensificación del poder de sugestión, en el que 
decir lo menos posible para sugerir lo más posible puede convertirse en no decir nada para sugerirlo todo. Un ideal absurdo en la medida en que implica, para su cumplimiento, la desaparición de la poesía. Y un ideal, también, que, por mucho que quiera acercarse al él, ningún poeta alcanzará nunca, porque ninguno aceptará renunciar a sus palabras. El sufrimiento y el arte del poeta consisten en vivir en el filo entre esas palabras y la nada.

P. Defiende que, en la poesía, igual que en la música, es clave el silencio, algo escaso en la actualidad. ¿Dónde radica su importancia?

R. Vivimos en un mundo en el que se habla tanto, que el propósito de la poesía se ha convertido en restaurar el silencio. El silencio como un regalo que nos hacemos para entendernos a nosotros mismos y poder entender el ruido exterior. Además, la poesía nunca estuvo hecha de palabras, sino de la serenidad entre ellas.

P. Años después sigue siendo un símbolo de resistencia y compromiso ético. ¿Contra qué deben seguir alzando la voz la poesía y la cultura?

R. El mal más agresivo y peligroso hoy en día es la cultura de la cancelación, un movimiento que pretende reescribir la historia del mundo, concebida perversamente como una cadena interminable de crímenes perpetrados por el hombre blanco. Se protesta contra Beethoven
 y se exige que se interpreten más compositores de color, se censura a Shakespeare,  y se prohíbe una lista interminable de escritores de cualquier época. La corrección política, nacida del deseo de no ofender, se ha convertido en una grave forma de censura y represión. La cultura europea, que floreció a partir del culto a la libertad, está siendo culpabilizada y censurada; los derechos humanos, formulados por los europeos a partir de la necesidad de igualdad, están siendo sustituidos por la discriminación positiva, contraria a la objetividad, y la protección de las minorías se ha transformado en una aberrante condena de la mayoría.


(Entrevista a ANA BLANDIANA: El Cultural)








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