23 noviembre 2021

El futuro es un vacío que no nos deja vivir



"El contra que aparece en los libros no es, en principio, directamente contra la realidad, sino contra la pretensión de verdad en la realidad. Se me ha ido haciendo cada vez más claro que la realidad no tiene sentido, que en ella no cabe verdad; se me ha ido haciendo más claro en estos últimos tiempos que la realidad hay que entenderla como si estuviera en una situación intermedia entre el intento de imposición desde arriba de ideales como “Todo”, “Nada”, “Dios”, los “Puros Números”, etc., y una resistencia por abajo a la que se hace mal en llamar “Natura” o algo así (y ya no digamos si se le llama “Universo” o cosas de esas…), porque es simplemente lo que queda de desconocido, lo desconocido, lo siempre desconocido. Y la realidad no tiene sentido más que entendida como encuentro, lucha, choque, guerra entre lo uno y lo otro.

De forma que cualquier otra filosofía o ciencia que no reconozca este carácter contradictorio de la realidad va a hacer lo que se ha solido hacer siempre, es decir, contribuir al mantenimiento de las ideas establecidas acerca del mundo, etc. Y ello, principalmente, con dos confusiones de sentido opuesto: una, tomar la realidad como si fuera “natural” y, la otra, ayudar a tomar la realidad como si fuera “verdadera”. La realidad no es ninguna de estas dos cosas. Y si se puede resumir toda esta lucha que me traigo, sería esa negación."

"Ahora bien, el tiempo real de los calendarios y de los relojes –que no es el tiempo que pasa, inconcebible– está hecho con la idea de que sí hay un futuro. Y no solo eso, sino con la idea también de que el futuro es lo primero. Solo a partir de esta fe en el futuro se convierte luego el pasado en mera historia –en lugar de dejarle ser una memoria viva que seguiría cumpliendo su cometido. Así se convierte el pasado en fechas, documentos, historia. Pero esto ocurre por imitación del futuro que nos han inventado y en el cual la lengua común no participa, sino solo los dialectos superiores, incluyendo los matemáticos, al servicio de la ciencia. En ese futuro no pasa nada y, por tanto, se puede jugar con los números, con los presupuestos de la banca, con los presupuestos de los estados, con las leyes que previenen y prevén lo que se debe hacer: lo que se quiera, puesto que el futuro es un vacío… que no nos deja vivir, cambiándonos la vida por un futuro.

Los individuos personales, en cuanto que están sometidos a la realidad, están condenados a creer todo lo que les hagan tragar, pero no porque el Estado se lo imponga, sino porque se corresponde con su propio interés personal. Les han hecho creer que va consigo. La fe está, desde luego, impuesta y predicada desde arriba: la televisión predica todos los días la fe en el futuro, en la realidad. Pero el individuo personal la lleva dentro, porque efectivamente necesita un futuro, o se cree que lo necesita, con lo que le quitan las pocas posibilidades de vivir que le quedaban y las cambia por tener un futuro. Los órganos del poder y los medios exageran queriendo convencer a los chicos de que tener un futuro es una cosa muy buena. Pero los están matando con exámenes futuros, con oposiciones futuras; los están literalmente matando, aunque al mismo tiempo les convencen de que eso es vivir."



17 noviembre 2021

El detective y la clasificación social



"La lectura es el arte de construir una memoria personal a partir de experiencias y recuerdos ajenos".(Piglia).

No tengo memoria personal porque la narrativa "oficial", los pasos prefijados, nunca han coincidido con mis sentimientos y a lo mejor uno no graba si no coincide la letra y la música. ¿Es así?. Actualmente me coinciden ambas, mis sensaciones y la visión del mundo. Para llegar a esto ha influido: la vejez o al menos la sensación de envejecimiento y deterioro, la conciencia de no tener futuro, ya que el futuro es una adaptación de la vida a un programa prefijado, bienvenido a no tener futuro, a no tener imagen que defender, a no tener nada que defender, solo poder saborear "el presente", ese cacareado "presente zen", la única posibilidad de sobrevivir sin acartonarse, la vuelta a la infancia. (Evaristo Cienpozuelos)

"¿Como hablar de una sociedad que a su vez nos determina, desde que lugar externo juzgarla si nosotros también estamos dentro de ella. El genero policial da una respuesta extrema: el detective, aunque forme parte del universo que analiza, puede interpretarlo porque no tiene relación con ninguna institución..., ni siquiera con el matrimonio. Es célibe, es marginal, esta aislado. El detective no puede incluirse en ninguna institución social, ni siquiera en la más microscópica, en la célula básica de la familia, porque ahí donde quede incluido no podrá decir lo que tiene que decir, no podrá ver, no tendrá la distancia suficiente para percibir las tensiones sociales." (Piglia).

Como perder el miedo a reconocer lo que uno siente y al mismo tiempo a reconocer lo que pasa. "Es muy sencilla la condición, un poco de desinterés por la propia clasificación social para poder decir que son mentira las verdades que nos venden" (García Calvo)