31 marzo 2014

El Humor y la superrealidad

(Cuadro de Rene Magritte)

"El humor es una manera de romper los moldes y abrir un camino positivo que no encontraremos jamas si seguimos plegandonos a las frías y sensatas reglas del juego del enemigo" (Cortazar: Nuevo elogio de la locura).

".......el lado surrealista brinca alrededor del drama existencialista acompañándolo livianamente y cumpliendo en un juego mas hedonico e irresponsable su cacería de ser........ Así, el humor incesante del surrealista lo mantiene lejos de la angustia existencial" (Cortazar: Humanismo mágico y heroico).

Desde la perspectiva de Cortazar, el humorista, en su dislocación, es otro extrañado, igual que el poeta, que canaliza este extrañamiento hacia la excentricidad, hasta hacerlo, prácticamente, un modo de vida (Izara Batres: Cortazar y París: Ultimo round).

"... Pienso en Jarry, en un lento comercio a base de humor, de ironía, de familiaridad, que termina por inclinar la balanza del lado de las excepciones, por anular la diferencia escandalosa entre lo sólito y lo insólito" (Cortazar: La vuelta al día).

".... quien tiene sentido del humor tiene siempre la tendencia a ver en diferentes elementos de la realidad que lo rodea una serie de constelaciones que se articulan y son, en apariencia, absurdas. Es decir, que el humor nos sitúa en ese espacio abierto a la sobrerrealidad, porque, humanismo mágico, el surrealismo niega todo limite razonable en la seguridad de que solo las formas, la dogmática lógica y las mezquinas condiciones deterministas de la comunidad gregaria han vedado al hombre el acceso a lo que él, provisoriamente denomina superrealidad" (Cortazar: teoría del túnel).

"Una revolución que no abarque todas las estructuras de la personalidad humana, y la lingüística es primordial, es una revolución a medias, una revolución amenazada desde dentro mucho más que desde fuera." (Cortazar: Papeles inesperados)

30 marzo 2014

La ceguera


Me he apartado de la autopista de la prisa y el progreso, no se si por convicción o porque no soporto el stress, siempre he sido acomodaticio en mi ideología, pero que no me toquen la siesta.

Además tengo una novia ciega, no por una promesa, sino porque a pesar de mi resistencia a las dificultades y a ser solidario me ha incluido en su viaje al regreso, el regreso al momento en que todo era uno y solo la palabra y la poesía llenaban los atardeceres.

Mi voz y sus matices han empezado a tomar relevancia, incluyo suspiros entre lo que digo, silencios con algún movimiento para expresar asentimiento. Un nuevo mundo en el que la visión del cuerpo desaparece. 

Me he reconciliado con el espejo, ya no importan tanto mi cara abotagada y caída o mis ojos saltones,  solo cuido mi voz, como un cantante de opera antes de cantar en La Scala.

El tacto y sus labios son una promesa de entrega, su cara excesiva en sus gestos una búsqueda de exactitud. Su palabra una onda que acorta mis latidos. 

Me voy de viaje con ella a la playa, por qué a la playa?, le pregunto, que mas da el sitio?, si no lo ves, atreviéndome a ser cruel. Porque tu voz con el sol capta los matices del trópico, se rellena de dulzuras y mi mundo lo embellece, solo por eso.....
Doy gracias por su ceguera...


El amor y la poesía son experiencias no productivas, son antiproductivas y han sido y son negaciones del mundo moderno" (Octavio Paz)

16 marzo 2014

La porosidad del niño y la madurez

Julio Cortazar

Todas las mujeres con las que he vivido, que no son pocas, todas sin excepción me han dicho en algún momento: “Lo que a veces es terrible en ti es hasta qué punto eres niño”. Tengo lados pueriles a veces excesivos, probablemente. Y es que frente a cierto tipo de situaciones ante las cuales los adultos reaccionan naturalmente como adultos, y no soy yo quien se los reproche, me parece perfectamente lógico, mi reacción suele ser pueril, de juego. Eso lo sentí en mi primera juventud cuando leí ese clásico de la literatura inglesa que es Peter Pan, la historia de un niño que no quería crecer. Y me asimile un poco a eso. Una vez una mujer en Buenos Aires me dijo: “vos te debería llamar Peter Pan”, y me pegó un golpe porque coincidía con esa especie de asimilación del personaje que yo había hecho definitivamente..

En momentos en que hay que adoptar una decisión de adulto, muchas veces yo me refugió en un estado de espera, pueril, realmente infantil, como si la solución fuera venir de otro lado, como si yo tuviera un padre todopoderoso que me va sacar las castañas del fuego.

Nunca he sentido que eso fuera un factor negativo porque la contrapartida es esa gran porosidad, la capacidad de captación que tiene el  niño y que al adulto, por razones obvias, se le va escapando.

Finalmente, ¿que es madurar?. Es una operación selectiva de la inteligencia que va optando cada vez más por cosas consideradas como importantes, dejando de lado otras. Para el adulto deja de ser importante jugar a la rayuela y pasa a ser importante pagar el alquiler. El niño, como a lo mejor ni sabe lo que es el alquiler, juega a la rayuela como algo muy importante.

Recuerdo muy bien cuando era niño el sentimiento de escándalo que me producían cuando llegaban los grandes y decían: “bueno, bueno se acabó el juego, hay que ir a comer y acostarse”. Me parecía  una especie de atentado, de irrupción: no habíamos terminado de jugar el partido de fútbol y nos salían con esas cosas. No pensaban un solo minuto que nuestra dimensión de niños era  tan importante como la de ellos. Y ese sentimiento me ha quedado. 

¿Vos crees que si yo no hubiera conservado esa porosidad que tiene el niño sería el escritor que vos conocés? Esto nos lleva a una tentativa de definición de lo lúdico no como una visión trivial sino como una actividad profundamente seria. El juego como algo que tiene su importancia en sí, un sistema de valores que puede dar una gran plenitud a quien lo está practicando.


En ese sentido la literatura siempre fue un ejercicio lúdico para mí. No creo haber cambiado de actitud entre aquel niño que construía un mecano y se pasaba horas inventando una nueva grúa y el hecho de inventar un “modelo para armar” en la escritura. Hay una equivalencia en la que los años no han mordido. No me han cambiado en ese plano.

La literatura como juego me parece el más serio de todos.

(Ernesto González Bermejo: Conversaciones con Cortazar)

13 marzo 2014

La corte de hombres debilitados

 
 
Paul Auster comienza algunas de sus novelas con frases definitivas:

"La adversidad se presenta en las primeras líneas. "Mr. Bones sabía que Willy no iba a durar mucho" abre Tombuctú (1999). "Todo el mundo creía que había muerto" abre El libro de las ilusiones (2002). "Había estado enfermo mucho tiempo. Cuando llegó el día de salir del hospital, apenas sabía caminar, casi no recordaba quién era" abre La noche del oráculo (2003). Su nueva novela, que acaba de publicar Anagrama en España, prolonga esa línea:"Buscaba un lugar tranquilo donde morir" (Brooklyn Follies, 2005). Pero en los cuatro casos, los maltrechos protagonistas atraviesan la metamorfosis que se produce en cada una de las historias y llegan a cierto bienestar. No chocan de frente contra un camión, como Jim Nashe en La música del azar. Han encontrado alguna clase de sentido a sus vidas. Estos libros arman mi Corte de Hombres Debilitados", dice Auster. Será que el envejecimiento me ha despertado una nueva percepción de mi finitud. Desde los 50 años mi cuerpo cambió. Así, sin más, en esta década que termina algunas pequeñas cosas comenzaron a fallar".
(Paul Auster)

Me reconozco en la expresión de Auster como un hombre debilitado, algunas pequeñas cosas, sin mas, sin enfermedad aparente, comienzan a fallar. A partir de aqui la sumisión aprendida, para que intentarlo si no voy a poder. Falla la energia. Comienza la retahila de limitaciones previas, la imaginación del horror antes de que suceda, me voy a aislar, lo importante es estar ocupado, debo apuntarme a alguna actividad, hay que hablar aunque uno no tenga nada que decir. Hay que ir preparando/asumir la jubilación. Los libros de autoayuda dan argumentos. Personalmente todo esto me parece una mierda razonable, pero mierda, y en esta campaña de la subjetividad no hay que ser razonable. No hay que organizar nada ni preparar nada solo tener el valor y la dignidad de abandonar la queja y convivir con el horror de la vejez. La unica referencia que me consuela es la del fisico Hawking que mueve el mundo de las ideas con un parpadeo, el unico movimiento que le queda.  ¡Vaya voluntad!

11 marzo 2014

Estar vivo al extremo


"No hay nada parecido a la pura observación objetiva. Tu observación para ser interesante, para ser significativa, debe ser subjetiva. La suma de lo que un escritor de cualquier tipo puede expresar se reduce sólo a algo de experiencia humana, sea un poeta, un filósofo o un hombre de ciencia.(..) No importa cuan lejos ni a dónde viajes - cuanto más lejos peor, a menudo- sino cuán vivo estás. (..) Todo lo que un hombre puede decir o hacer que pueda tener alguna posible relevancia para la humanidad es, de un modo o otro, la historia de su amor; cantar, así, esta historia, y si este hombre es afortunado y su vida continúa, seguirá siempre enamorado. Esto es lo que significa estar vivo al extremo".
(Henry D. Thoreau)

06 marzo 2014

El Nano



El Nano, no se como se llama exactamente, es alto, de rasgos difíciles, cubistas. Nariz prominente, desproporcionada y sonrisa fácil, sin contención, como un desbordamiento......... Su bar esta en una calle estrecha,  rodeado por casas de uno o dos pisos, cuando la gente veraneaba a un kilómetro de su primera vivienda, en calles algo más tranquilas y con arboles.

Es un bar pequeño y lo mismo esta lleno que no hay nadie. Pone música de los 80 que parece que ha marcado sus momentos vitales.

No hay rotulo externo que identifique el local. Es un bar "de culto", solo acuden los que lo conocen. Suele predominar gente de edad indefinida previa a la vejez, a veces hombres con parejas mas jóvenes, lugar de ocultamiento donde el tiempo se detiene y  volvemos a los 80, cuando eramos jóvenes y el futuro aun no nos había abandonado. Hombres con sobrepeso y cara caída , mujeres con pantalones de cuero y mirada curiosa, que no juegan, que siguen en pie a pesar de lo que saben aunque a veces necesitan la compulsión del alcohol. Mentes activas, con deseo,  alojadas en cuerpos en derribo. A veces cruzamos miradas incrédulas, sorprendidos de estar en esta cámara del tiempo. 

El precio de los cubatas lo va rebajando a medida que bebemos, con lo que solemos irnos moderadamente desequilibrados. Algunos salen fuera a fumar donde se sigue oyendo las risas escandalosas del Nano. 

Cuando paseo por el día y paso por delante de su bar, sigue allí, sin rotulo, reconozco la puerta pero a veces pienso que lo he soñado. Es un bar onírico, aunque en los sueños no suelen rebajar los cubatas.....



05 marzo 2014

Todo estaba cargado de infinito

(Julio Cortazar)


"Con Julio Cortazar era posible ser muy amigo, y sin embargo no intimar. Como uno lo pasaba muy bien en el plano amistoso, se podía prescindir de lo intimo: aunque a veces costaba toparse siempre con esta "puerta condenada", que reducía los espacios de la convivencia, al final siempre ganaban el humor, la simpatía y uno terminaba dejando la puerta tal como estaba" (Jean Barnabe)

"Cuando salimos a la calle llego el momento de despedirnos. Nos abrazamos. Cuando me fui, no me di vuelta. Tenia miedo de que ya no nos fuéramos a ver más. Y así sucedió. (Jean Barnabe)

"Es curioso, yo guardo el recuerdo de mi juventud con tanta triste ternura como vos, pero hoy en día me siento tanto o más ávido que entonces. La diferencia es que trato de pegar el tarascón de una sola vez, y no dar vueltas mordiéndome la cola como los cachorros. Yo creo que la única gran perdida son las ilusiones, y a veces las certidumbres, por hermosas que sean no alcanzan a reemplazarlas.........

.......... "detrás de todo lo que te estoy diciendo y me estoy diciendo, hay sin embargo una gran melancolía. Toda la conciencia vigilante de este mundo no paga, quizá, aquellos deslumbramientos de los dieciocho años, aquel valor increíblemente mágico de un pocillo de cafe en su momento, de una playa, de una pagina de libro. ¿Te acuerdas de lo que era entonces recibir el regalo de un amigo?. Era como una salpicadura de divinidad. Las más pequeñas cosas, una cita, un cumpleaños, un banco de plaza, todo estaba cargado de infinito, no se decirlo de otra manera. Uno reía y lloraba de otra manera. No sabes, no puedes saber lo que despierta en mi el recuento de pasado que haces al final de tu carta. Cada nombre, cada música, cada episodio que mencionas. Tu eres el único, ya, que los comparte conmigo. Cuantos muertos, cuantos ausentes, y cuanto olvido preparandose en el tiempo. Creo, después de todo, que tu carta me ha hecho un poco de daño del que no eres culpable. " (Carta de Julio Cortazar a Eduardo Jonquieres 1954)