16 marzo 2009

Sin palabras , sin imagenes


Muchas personas sufren conflictos diversos pero no tienen las palabras necesarias para decirlo, ¡ni siquiera tienen las imagenes necesarias!, Ven la televisión pero lo hacen para tranquilizarse, no pensar, no encontrar las palabras; si se les pregunta qué han visto, no son capaces de decirlo.

La imagen deviene simplemente un medio para borrar el espacio psíquico, un medio que al final tiene utilidad porque tranquiliza durante cierto tiempo, pero solamente durante cierto tiempo, pasado el cual el conflicto vuelve. ¿Como se revolverá entonces ese conflicto?.
Hay varias soluciones, todas negativas:

Las enfermedades psicosomaticas: no tengo representación, no tengo las palabras necesarias, no tengo las imagenes necesarias, es al hígado a lo que me afecta,o a la garganta, o a la cabeza; tengo dolores.... y en el plano fisiológico no encuentro ningún deterioro de estos órganos. Ello no impide que sean los órganos los que sufren en vez de ese espacio intermedio que es el espacio psíquico y que, hasta entonces, se veía afectado por el conflicto en las relaciones humanas.

Segunda solución: El recurso excesivo a la droga, al alcohol o a otras sustancias (y por lo demás de manera creciente a estas otras sustancias) para olvidar, para no tener que ahondar en el fuero interno, en el espacio psíquico.... ¡Es un alivio, pero no es una solución!

Tercera huida: el vandalismo, el paso a la acción, la integración mas o menos franca de un sistema mafioso, en resumen, la violencia y la corrupción, toda clase de acciones que equivalen a rupturas o transgresiones y no respetan prohibición alguna.

Todos estos fenómenos son extremadamente preocupantes; cuando los analistas los observamos en una situación de laboratorio como el dispositivo del diván, tratamos de encontrar una manera de aliviar esa angustia o esa decrepitud proporcionando las palabras que faltan, proporcionando incluso las imagenes que faltan. (Julia Kristeva.)

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