26 marzo 2009

El perfecto desprendimiento de la ternura


Amor, amor en una noche de primavera. La puntilla de su camisón, el aroma fresco del perfume o la colonia que se pone antes de acostarse, su pelo oscuro y su cara pálida y apenas visible, el encaje de la luz de las farolas que, enmarcada por la ventana y las cortina, se proyecta sobre nuestros cuerpos. El perfecto desprendimiento de la ternura y la desilusión, la perfecta respuesta de un cuerpo ante otro, del uno que responde al otro, la lenta travesía hacia el cautiverio de nuestras facultades, hacia ese pais de violencia ajena y abrumadora; luego, un sueño dulce.

(John Cheever)

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