26 noviembre 2007

La merienda


Nos desmenuzamos, pequeños actos que nos reflejan mucho mas que las grandes direcciones. De repente se nos caen trozos repetidos, muertos, la palabra que sobra, los intentos vanos de acotarlo todo, de no acotar nada, de obtener demasiadas explicaciones, el hablar por hablar, la costra de la palabra por evitar el silencio.

“Mortal, los recuerdos. Por eso no hay que pensar en ciertas cosas, cosas que te habitan por dentro, o no, mejor sí, hay que pensar en ellas porque si no pensamos en ellas, corremos el riesgo de encontrarlas, una a una, en la memoria. Es decir, hay que pensar durante un momento, un buen rato, todos los días y varias veces al día, hasta que el fango las recubra, con una costra infranqueable.(Samuel Beckett).

La llamada que no hago, la imagen que procuro no imaginar, el odio que intento sentir. La austeridad es una guía, no agotar el sentir en banalidades. El amor a los padres, a los hijos, el trabajo bien hecho, la ordenación de la vida, el aprovechar el tiempo, el perderlo, la merienda, el único momento que nos refleja, pan con chocolate sin proyectos.
Dejamos de vivir por no poder vivir lo que queremos.

(Rafael Cid)

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