10 abril 2019

La ciudad solitaria (9)



Alfredo, mi "único" amigo, me habla a veces de su ex-mujer. Es viudo y pertenece a esa clase de personas que corporalizan el duelo. Ya no cuenta chistes, no mira a otras mujeres por la calle y todos los momentos del día están asociados a la presencia de "ella".

Probablemente uno se casa con la persona que lo protege de sus miedos y nuestra generación de hombres, casi de posguerra, cargábamos con los miedos sociales de nuestros padres: Teníamos que ser apolíticos, muchos fusilados cercanos habían pagado su sinceridad. No mostrarnos demasiado, una mentira continua, protectora. Amortiguar los sentimientos, cierto pragmatismo emocional. Evitar la ambigüedad sexual, nada de mariconeos, ......

El no dice todo esto, se trasluce en sus "medidas" palabras. Una relación razonable, educada, correcta, noble........ todas esos adjetivos que encubren, bajo la apariencia de ternura, el aburrimiento mas profundo.

Solo sonríe al hablar del noviazgo y la pasión, "pecadillos de juventud". Aquí estoy a punto de irme a casa, el olor a incienso comienza a ahogarme.

Me pregunta, repentinamente, con curiosidad, sobre mi relación con las mujeres. En realidad tengo malos antecedentes, siempre me han dejado, nunca me he casado ni he vivido mucho tiempo con ninguna. Las mujeres que me han gustado, mujeres Mercurio, inaprensibles, sacan, defensivamente, mis peores cualidades, la posesión, la búsqueda compulsiva de estabilidad, el miedo, la impaciencia........ 

No se como contárselo........ le hablo de falta de tiempo...... en mi trabajo he tenido que viajar mucho.......... yo no quería hijos.......... Esas chorradas organizativas que no explican nada pero lo justifican todo. Al final las palabras "proyecto conjunto", intentan resumirlo........

Sonríe comprensivamente, me "entiende", incluso noto cierta conmiseración........ La modernidad y las categorías lo invaden todo. Vaya miseria........ Lo malo es que no puedo beber alcohol. 
(Evaristo Cienpozuelos)

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