18 noviembre 2013

La Fiesta



... El objetivo de la fiesta es hacernos olvidar que somos seres solitarios, miserables y condenados a morir; en otras palabras, evitar que nos convirtamos en animales. Por eso el hombre primitivo tenía un sentido festivo muy desarrollado. Un buen sahumerio de plantas alucinógenas, tres tamboriles y ya está: cualquier tontería lo divierte.

 Por el contrario, el occidental medio sólo llega a un éxtasis insuficiente después de interminables fiestas tecno de las que sale sordo y drogado: no tiene sentido festivo alguno. Profundamente consciente de sí mismo, radicalmente ajeno a los demás, aterrorizado por la idea de la muerte, es completamente incapaz de cualquier exaltación. La pérdida de su condición animal lo entristece, le produce vergüenza y despecho; le gustaría ser un juerguista, o al menos hacerse pasar por tal. Menudo marrón.

2 comentarios:

Don Mendo Vengado dijo...

Pero por favor! Que blanditos estáis! Fiesta, fiesta...pero si lo único que nos protege de la locura es el trabajo! Que cuando llevamos dos días de fiesta ya no sabemos ni donde refugiarnos...
El trabajo os hará liebres...Ay, no! Libres! Estoy hoy de un lacaniano...

Rafa dijo...

Es verdad, los "puentes" siempre me han sentado mal. De todas maneras, que duro es esto de llegar a la nada, un momento de relajación y b landurilla y zas..... en el cogote. Los hay crueles.....