13 abril 2011

La modestia y la impostura

Puede surgir también la cuestión de la modestia como antídoto o como complemento de la impostura. Es verdad que, de entrada, la modestia es ridícula. Aun cuando representa un escudo correcto contra la arrogancia y la megalomanía, constituye además otro tipo de impostura, puesto que generalmente no es sino una pose. Pose paliducha, estrangulada, ruborizada, no muy bonita. La modestia, escribía Jules Renard en su Diario, es siempre falsa modestia, algo que como el mismo admitía, ya está muy bien. Pero la modestia, observaba después, "puede ser una especie de orgullo que llega por la escalera de servicio a hurtadillas". En cierto sentido el circulo se ha cerrado. (Jean Echenoz)

No hay comentarios: