16 marzo 2011

El puente

Un día de fiesta entre semana me pone al borde de la agitación nerviosa. Sobre todo si es jueves. Me obliga a pensar en cogerme o no el viernes para aprovechar cuatro días, pero claro, pienso yo, no va a ser para quedarnos en casa. La semana anterior reunión del concilio familiar para valorar las ocupaciones de ocio de todo el mundo. Después de la reunión a alto nivel aumentan las angustias, cuando uno se entera de los planes de los restantes miembros de la familia: nocturnidad impenitente y alcohol a mansalva. Lo del sexo ni se habla, es lo menos peligroso, preservativos en bolsos y bolsillos.

En fin nos iremos solos la señora y yo, solo habrá que dejar cuatro días de comida organizados.

A donde iremos?. Tiene que ser algún sitio barato, sin mucha gente, visitas culturales y no muy lejos. Tras dos días de revisar guías Michelín, mapas y decidirnos vamos a la agencia. Esta muy mal, nos dicen. Este puente esta copado desde hace meses, no quedan habitaciones apenas solo las más caras. Aparte come, cena y paga entradas en museos.

En fin que la broma nos va a costar como mínimo 1000 € Llevo dos noches sin dormir, tengo la sensación de que la humanidad se divierte y solo yo sufro. Voy a mi trabajo casi sin dormir y al llegar llamada al despacho del jefe de personal:

- Venga un momento!, tengo que hablarle !

- Dígame !

- Siento comunicarle que no se le ha podido conceder el viernes de puente como fiesta ya que tenemos que mantener una plantilla mínima y Vd. es imprescindible, lo siento. Queda Vd. como preferente para el próximo puente.

Nunca pensé que me daría tanta alegría que me denegaran algo. No nos podemos ir, no tengo que hacer planes, puedo seguir aburriéndome en casa, es maravilloso el capitalismo y la explotación laboral. No se como los sindicatos piden 35 horas, con tanto tiempo libre , no se que haríamos.

(Evaristo Cienpozuelos)

La clave está, me parece, en no pensar en la muerte como el fin de todo, sino más bien como una nueva manera verdaderamente eficaz de reducir gastos (Woody Allen: La ultima noche de Boris Grushenko)

3 comentarios:

José Luis dijo...

Mira Evaristo, para el próximo puente, con mucho menos de la mitad del dinero te alquilas una autocaravana, la llenas de la comida que te apetece y ese vino de marca que no te atreverías a pedir en un restaurante, y te vas con tu parienta a donde más os apetezca.
El lado convencional está muy explotado, pero el lado "alternativo" da bastante de sí. Hay más posibilidades "alternativas", pero igual son ya demasiado extremas. Lo de la autocaravana todavía está dentro de la categoría de lo burgués, no te apures, jeje.

Con incierto Don dijo...

Joder! ,qué angustia!
Oye, mejor alquilamos la caravana entre todos y nos sale más barato.
Claro, que habrá que aguantar los ronquidos...y los gases contaminantes.
Y si nos ponemos de acuerdo en la litera...
Evaristo, dile al jefe que yo también me quedo a currar...

José Luis dijo...

Mucho tristón veo por aquí...
Ya sé con quién no me alquilaré una autocaravana.