06 febrero 2011

Las moscas

En la vida, según Monterroso, hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas. Tras mi caída bajando un barranco me habían recomendado renunciar a los deportes de aventura. Fui a la agencia para organizar mis vacaciones. No quería nada tradicional y Europa la tengo muy vista, de los países islámicos ni hablar, eso si que es deporte de riesgo y en un susurro mi amiga, la de la agencia, me ofreció una novedad:

Mira, esto que quede entre nosotros, vamos a ofertar lo que llamamos inicialmente viajes de vuelta a la sencillez natural . Parece que este nombre lo van a cambiar, es muy largo, pero refleja inicialmente el espíritu de lo que son.

Suena extraño, diferente. En que consisten?

Es muy sencillo, vivir en acogida en una familia de alguna cultura mucho más primitiva que la nuestra, para cambiar nuestros esquemas de valores, necesidades etc......

Así quedó la conversación y un mes después me encontraba viajando hacia territorio sub-sahariano para vivir un mes con una tribu africana. Me invadía cierto temor, aunque los organizadores aseguraban los resultados y la seguridad.

La llegada fue traumática, enjambres de moscas me rodearon, aparecían por todos lados, se posaban en mi cara, acostumbradas a no ser espantadas, los nativos ni las notaban, tan constante era su presencia. Se lo comían todo, animales muertos, todos los restos de animales y personas, no podía dormir por miedo a quedarme con los ojos abiertos y criar larvas en la cornea, las mosquiteras eran insuficientes.

Recordé otra vez a Monterroso y sus moscas, “son las vengadoras de no sabemos que, pero tu sabes que alguna vez te han perseguido y en cuanto lo sabes, te perseguirán siempre”.

He vuelto a la artificial civilización tras aquella pesadilla, aun repito movimientos espasmódicos de brazos, como tics, sin sentido, espantándome alguna mosca imaginaria. No he vuelto al campo, no soporto el cosquilleo de las moscas al posarse sobre la frente o sobre la calva, ni el zumbido en las orejas. Hablo menos, recuerdo la frase de : “en boca cerrada no entran moscas”. Esas presencias constantes e insignificantes me persiguen. Las moscas zumban coléricas. No puedo más.

(Evaristo Cienpozuelos)

Nada de lo que hagamos nos hará más jóvenes. Desde el punto de vista del paso del tiempo, todas nuestras acciones son inútiles, porque hagamos lo que hagamos, va a seguir pasando. A uno le gustaría en realidad tener 65 años por la mañana, 35 por la tarde y 20 por la noche” (Gil de Biedma)

3 comentarios:

José Luis dijo...

Esa agencia de viaje no tenían mucho interés en hacer dinero. Africa tiene muchos bichos. Hay lugares donde pervive la sencillez natural pero sin moscas. Tu amiga de la agencia tiene que estudiar un poco más de geografía...
Pero bueno, tu ya eres un gato escaldado, y el agua fría te hará huir también, ya se sabe.
Pues nada, te quedas tranquilamente en casa, y a ver pasar el tiempo, total, como todo es inútil...

Una patada en los huevos habría que darte a tí, ja!

Rafa dijo...

Pobre Evaristo, que bronca se acaba de llevar. Que el camino lleve hacia la nada no quiere decir que mientras tanto todo de igual, probablemente los que piensan que el camino lleva al cielo son mas resignados. Ahora bien, somos como somos y la pereza de viajar, a Evaristo no se la quita nadie. Hay mecanismos de estimulacion mas adecuados que la patada en los huevos para mover al personal. Tu aprobaste el curso de adaptación pedagogica?. Un abrazo

José Luis dijo...

No, no hice el CAP, consideraron que un tipo como yo podía desenvolverse perfectamente en el mundo de la educación con sus propias herramientas. Así les va a mis alumnos y así me va a mí...

Otro abrazo.