23 febrero 2011

Aquella victrolera

Siempre me gustaste, Rosa, siempre. Y ahora que somos viejos te lo puedo decir. Antes no: eras la mujer de Ignacio Braceras. ¡Mira que casualidad, venir a encontrarnos aquí, en el café donde vos trabajabas! ¡Cómo pasa el tiempo, che! Parece mentira, Rosa, que estés charlando conmigo. Yo era muy pibe cuando venía al café para verte. Eras la diosa del barrio, Rosa, la diosa del café. Allá en lo alto, en el palco de la victrolera, campaneabas a los giles. No, el palco ya no está. Y ya nadie escucha tangos, Rosa. ¿Te acordás? Vos ponías los discos en la victrola y nosotros te mirábamos las piernas. Indiferente, mirabas la pared. Me acuerdo, Rosa; me acuerdo de tus medias corridas y me dan ganas de llorar. Yo cerraba los ojos y me hacía la ilusión de que eras vos la que cantaba y no Libertad Lamarque, Azucena Maizani o la Merello. Eras vos, la más linda de todas. Nunca te lo pude decir porque yo era un pibe y a vos te vigilaba tu hombre, ese cafiolo de barrio que te llevó al trocen. Tomaban el tranvía y se iban juntos a la pieza. Después pasó lo que pasó, Rosa, esa desgracia que salió en los diarios. Supe que Ignacio Braceras te faltó, que te dio la biaba y que vos lo tiraste bajo un tren. No llorés, Rosa, ya pasó, ya pasó. Estuviste mucho tiempo en la gayola, es cierto, y eso jode a cualquiera. Pero aquí estás,otra vez. Giraron muchos discos, muchas noches y yo siempre me acordé de vos. Si te parece, si no lo tomas a mal, si no tenés otro compromiso, me gustaría que vinieras a mi bulín para tomar unos mates y escuchar unos tangos. No, no es tarde. Nunca es tarde cuando la dicha es buena, dicen. Y ¿sabés una cosa, che? Me compré una victrola, como la de antes. La lustro todos los días. Está linda. Sólo faltas vos.

(Pedro Orgambide)

6 comentarios:

José Luis dijo...

Eeeesto es! Esa es la idea, nunca es tarde. A ver si Evaristo toma nota y sale de su armario de la flojera de una vez...
Nos perderemos sus sugerentes relatos que su estado le inspiran, pero algo nuevo también bueno brotará de él, seguro.

Rafa dijo...

Yo creo que Evaristo, como tu dices, esta cambiando lentamente. El armario de la flojera es comodo, permite buenas siestas y tambien te permite mantenerte en la percha de la nostalgia. No se si quiere que surja algo nuevo, o mas bien que las cosas se mantengan como estan. Esto del Ave Fenix es demasiado aparatoso para Evaristo. Gracias por tu optimismo. Un abrazo

sara dijo...

cómo que ya nadie escucha tangos??? yo incluso los bailo. Tal vez sea ese el camino,Evaristo...deberías aprender a bailar tango.
sara.

Rafa dijo...

La juventud baila, pero Evaristo tiene una edad indefinida. Ese entrecruce de piernas no se como le iria a Evaristo. Un saludo

sara dijo...

un entrecruce de piernas le iría...estupendamente.

Rafa dijo...

Yo se lo comunico, a ver que le parece. Gracias