10 febrero 2011

Amor a primera vista



Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad, 
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿Qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado? 

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono
pero conozco su respuesta.

No recuerdan.
Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo 
que la casualidad juega con ellos,

una casualidad no del todo preparada 
para convertirse en su destino, 
que los acercaba y alejaba, 
que se interponía en su camino 
y que conteniendo la risa 
se apartaba a un lado. 

Hubo signos, señales, 
pero qué hacer si no eran comprensibles. 
¿No habrá revoloteado 
una hoja de un hombro a otro 
hace tres años 
o incluso el último martes? 

Hubo algo perdido y encontrado. 
Quién sabe si alguna pelota 
en los matorrales de la infancia. 

Hubo picaportes y timbres 
en los que un tacto 
se sobrepuso a otro tacto. 

Maletas, una junto a otra, en una consigna. 
Quizá una cierta noche el mismo sueño 
desaparecido inmediatamente después de despertar. 

Todo principio 
no es mas que una continuación, 
y el libro de los acontecimientos 
se encuentra siempre abierto a la mitad.

(Wislava Szymborska)

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