16 diciembre 2010

Libertad sin futuro



65 años. Hoy en mi trabajo han puesto fecha a mi libertad, fecha encadenada a mi cuerpo. Hasta ahora mis achaques y dolores no eran míos, eran de mi trabajo, yo solo ponía el esfuerzo para superarlos y seguir en marcha. No con mucho tesón, el suficiente para continuar, el interés por mi rendimiento lo ponían otros. Se acabó.

Me he preparado para este momento y después de mucha lectura y cavilación he avistado tres posibles caminos:

 El camino de la eterna juventud, hormonas, ejercicio, una mujer más joven, viajes y procurar no acordarme de la fealdad y el deterioro de la vejez. Es un camino caro y difícil, además algo cansado, requiere sonreír mucho y aguantar mucho gilipollas. Aparte no se idiomas y no soporto el sol. 

El camino de Cicerón, la serenidad, mucho banco al sol y mucho meditar en las zozobras de la juventud con la plenitud y la alegría de haber vivido y tener cierta experiencia para dar consejos a los jóvenes. Lo malo es que los jóvenes no necesitan mis consejos y además no se acercan más que a pedir dinero. Además en realidad no he vivido mucho, si que he viajado bastante por el Boletín Oficial y mi mujer, que contar, desde que nacieron los chicos no ha tenido ojos para nadie más.

El tercer camino es el camino del Samurai. El Sapuku o Harakiri, el suicidio ritual. Aunque para este hay que tener un cuchillo toledano y mucho valor. Yo que me desmayo si veo sangre. Decididamente voy a intentar entrar en la Junta de la Asociación de la Tercera edad, a ver si me ocupo y alejo esta mala sombra.

(Evaristo Cienpozuelos)

2 comentarios:

José Luis dijo...

Estoy convencido de que en la junta de la asociación habrá tías majísimas, seguro.

Rafa dijo...

Gracias por tu optimismo. Un saludo