06 septiembre 2010

La ilusión es mejor que la medicación

Es duro envejecer. Nadie quiere admitir que ya no es joven, pero el peligro es llegar a perder la cabeza por ello, el equilibrio mental. El ego masculino puede cegar y, literalmente, llegar al extremo de lo que le sucede a Alfie. Él cree que por cambiar de mujer, comprarse un coche deportivo y practicar deporte va a evitar lo inevitable. Lamentablemente, no es así. Pero hay que admitirlo: envejecer es terrible. No encuentro ninguna ventaja. No te vuelves más listo, ni más sabio ni más amable. No sucede nada bueno. La espalda te duele más, tienes más indigestiones, pierdes vista y oído... Yo tengo 74 años y aconsejo encarecidamente a todo el que pueda que no envejezca.

Cada cual necesita sus pequeñas ficciones o soluciones mágicas para afrontar las durezas de la vida, alguien que te diga que, si haces ‘lo correcto’, todo estará bien. Puede ser una adivina, un rabino o un cura. Desde niño fui consciente de que la gente quiere soluciones mágicas. La ilusión es mejor que la medicación. La única forma de escapar a la condición humana es la magia.

Solamente puedes alcanzar la felicidad si te aíslas en tus cuentos de hadas y falseas la realidad. La única forma de vivir feliz es negando la realidad y comprando ilusiones que den sentido al universo. Existe toda clase de fantasías para negar la aflicción de la condición humana.

Vamos por la vida de forma frenética y caótica, corriendo y chocándonos los unos contra los otros con nuestras aspiraciones y ambiciones, haciéndonos daño y cometiendo errores. En cien años ya no quedará nadie que nos haya conocido y todos los problemas, las crisis económicas, los adulterios y demás, no tendrán importancia. Eso: todo es furia y ruido y, al final, no significa nada.

(Woody Allen)