30 abril 2009

La metafora del Jardinero

La metáfora del jardinero de Zygmunt Bauman hace referencia a la contraposición entre culturas cultivadas, producidas, dirigidas y diseñadas por una parte y las culturas silvestres o “naturales” por otra. En la primera prima la noción de la necesidad de un poder que ejerza un diseño artificial, ya que el jardín en que la sociedad se ha convertido no tiene los recursos necesarios para su propio sustento y autorreproducción por lo que es dependiente de este poder. En las culturas silvestres, en cambio, los recursos de autorreproducción están en la propia sociedad y en sus lazos comunitarios, allí que le permitía saber cuales eran las malas hierbas, las malezas, y como eliminarlas. Dichas malezas que crecen en las periferias de la sociedad serán los pobres leídos como clases peligrosas sobre los cuales se aplican y recaen las fuerzas del poder pastoral, al decir foulcaultiano, aunque Bauman, de un modo más inquietante, ha señalado que la realización completa del estado jardinero se encuentra en el estado totalitario propio del siglo XX, que encuentra sus malezas ya sea en el judío o en cualquier sujeto posible del genocidio. En ultima instancia el genocidio sería la máxima concreción de la jardinería social, la depuración de las malezas en función de la concreción de una imagen de lo que el jardín debe ser. Nótese que esta metáfora se afirma en la noción de biopoder, y sus técnicas anatomopolíticas y biopolíticas, de Michel Foucault.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espeluznante, sencillamente.Yo soy un afrodescendiente: un paria, una maleza. Me imagino que bajo esta teoría los civilizados verían justificados el racismo y "la puerta del no retorno en Senegal". Soy digno de ser constantemente vigilado.

Rafa dijo...

El poder necesita organizar y todo lo que no entra en sus parametros "re-organizarlo" al estilo Foucaltiano o destruirlo. Baumann pone esto en evidencia y es , como tu dices, sencillamente espeluznante. El siglo XX añadio algo a los horrores anteriores, el genocidio como solución final organizado "industrialmente". Todos estamos vigilados. Un saludo

Anónimo dijo...

Nunca la sociedad humana ha sido tan respuosa de la diversidad como lo es hoy en día. Nunca las personas comunes habían tenido tanto poder como hoy tienen.
Yo no soy autoridad, ni tengo fortuna, pero fui educado por mi Estado Nación, y puedo opinar en este sitio donde me pueden leer millones de personas en el mundo, este privilegio no lo tuvieron cientos de millones de personas antes, ni siquera príncipes y emperadores. Lo tengo yo y lo ejerzo como quiero. Nadie me censura.